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martes, 25 de septiembre de 2018

APRENDIENDO HAIKU: Mª Victoria Porras "Mavi"



APRENDIENDO HAIKU:

Mª Victoria Porras "Mavi"



La palabra "aroma", sin estar prohibida en el haiku, ha conseguido muchos comentarios reprobatorios por parte de quienes, como el maestro Haya, tratan de limpiar el haiku del impulso poetizante de los autores, de su tendencia irreprimible a usar palabras o elementos "embellecedores". Coincido con esa vía que trabaja para evitar que se cuelen en los haikus palabras "bonitas": cultismos, palabras de uso literario (hemos tenido ya varios debates sobre "céfiro" o "estío", por ejemplo)... Sobre este caso concreto, recuerdo que Vicente Haya recomienda siempre "olor" en vez de "aroma" y no es una manía absurda: cuando consigues eliminar esos "extras" de embellecimiento, ves claramente que, en capacidad de impacto, menos es más...

-MAVI





Pintura en madera de Ito Sozan (1884- ?)

"Setsugetsuka no Uchi"
"Mujer y cerezo en flor"






Fuente:
http://www.elrincondelhaiku.org






viernes, 27 de marzo de 2015

Enseñanzas del maestro Vicente Haya



秋雨や三千院の苔のいろ


Akisame ya
sanzen-in no
koke no iro 

Lluvia de otoño
 
El color del musgo
 
de la ermita de Sanzen

 

(Trd: Vicente Haya)


-
Nishiguchi Sachiko




Pintura de Utagawa Hiroshige  歌川 広重 (1797-1858) 




Lluvia, otoño, musgo, ermita… Todo está fuera… El haiku es un decir sin decir.
Ésta es la paradoja del haiku: si se dicen las palabras equivocadas, lo sagrado que tenía el “momento-haiku” desaparece.
Si no se dice nada en absoluto, no hay haiku, no hay comunicación en absoluto.
El silencio nada dice mientras que determinadas palabras pueden decir el silencio. Se nos ha dado la palabra para eso, para expresar el silencio; pero no cualquier palabra es capaz de expresar el silencio. La mayoría de nuestras palabras expresan nuestro ruido interno.

Lo importante en el haiku es qué no estás diciendo. La elección que se hace de las palabras que lo conforman es para proteger el misterio del silencio de ese haiku.
El aware que se ha sentido tiene unas palabras concretas que protegen su silencio y una infinitud de palabras posibles que destruyen su silencio.
Es fácil equivocarse en materia de haiku; sea porque hay instrumentalización de la Naturaleza, proyección del propio sufrimiento, proyección de pensamientos, creencias, o valores morales, excusa para mostrar erudición, o adolece de tacañería, exageración, gustamiento de lo dicho, exhibición de sensibilidad… Todo lo que de ti pongas en la escena es un error de ese haiku, es decir, un error de tu capacidad de desaparecer de lo exterior y muestra tu necesidad de pervivir, tu ansiedad por estar fuera de ti, por estar en lo eterno.
Muéstrame tus haikus y veré los errores que tienes en tu Vía: dónde están tus ruidos internos, qué te impide estar en presente absolutamente atento a lo sagrado. 
El haiku es lo que sucede fuera porque no eres el señor de lo sagrado que alienta en ti; no, al menos, en Oriente.
El poeta de haiku trata de vaciarse para que su palabra diga lo sagrado exterior, lo sagrado que le excluye. Si creemos que lo sagrado nos habita el haiku no nos será un instrumento eficaz de adiestramiento espiritual. 
Para extinguir tu “yo” tienes que ir a buscarlo Todo fuera de ti. Por eso el haiku no trabaja con metáforas poéticas, que surgen de la imaginación o de la erudición; el haiku usa palabras sencillas para excluirte. Para que creas que lo que dices no tiene valor literario alguno; porque no lo tiene. Porque el haiku no es Literatura. Se trata de adiestrarte a estar fuera, a ser sólo receptor, a que tu voz interior no distorsione la percepción de lo de fuera instante tras instante; matar tu subjetividad a fuerza de no alimentarla.
Toda subjetividad es ruido: ruido de pensamientos, de sentimientos, de creencias, de esperanzas, de miedos, de odios, de pasiones.
“Qué está sucediendo” debe sustituir a “Qué efecto tiene en mí lo que está sucediendo”.

-Vicente Haya Segovia 



  • El haiku es un decir sin decir
  • No cualquier palabra es capaz de expresar el silencio.
  • La mayoría de nuestras palabras expresan nuestro ruido interno.
  • La elección que se hace de las palabras que lo conforman el haiku es para proteger el misterio del silencio de ese haiku. 
  • El aware que se ha sentido tiene unas palabras concretas que protegen su silencio y una infinitud de palabras posibles que destruyen su silencio. 
  • Todo lo que de ti pongas en la escena es un error de ese haiku
  • El haiku es lo que sucede fuera porque no eres el señor de lo sagrado que alienta en ti
  • El poeta de haiku trata de vaciarse para que su palabra diga lo sagrado exterior
  • Para extinguir tu “yo” tienes que ir a buscarlo Todo fuera de ti
  • El haiku no trabaja con metáforas poéticas, que surgen de la imaginación o de la erudición
  • El haiku usa palabras sencillas para excluirte
  • El haiku no es Literatura
  • Toda subjetividad es ruido: ruido de pensamientos, de sentimientos, de creencias, de esperanzas, de miedos, de odios, de pasiones. 
  • “Qué está sucediendo” debe sustituir a “Qué efecto tiene en mí lo que está sucediendo”.





Fuente:
http://blogs.periodistadigital.com/elalmadelhaiku.php/2009/01/26/p196149
http://www.elrincondelhaiku.org