José Juan Tablada (1871-1945)
¡Dichosos los pueblos que, como el japonés, sobre todas las virtudes viriles colocan la lealtad y de ella derivan su maravillosa fuerza!
Fue un poeta, periodista y diplomático mexicano.
Poeta y prosista mexicano, señaló el rumbo de la poesía mexicana posterior al modernismo.
Viajó a principios de siglo a Japón, cultura que influiría a la larga en el rumbo de su poesía y lo convertiría en el introductor de las vanguardias en México.
Introdujo en español el haiku japonés y escribió poemas ideográficos.
Murió en Nueva York, poco después de ser nombrado vicecónsul de México.
Estudió en Colegio Militar en el Castillo de Chapultepec. Continuó sus estudios en la Escuela Nacional Preparatoria, donde aprendió pintura, la cual fue una de sus aficiones.
Trabajó como empleado administrativo de los ferrocarriles, y conoció de niño al poeta ciego Manuel M. Flores.
En 1890, con 19 años, empezó a colaborar en El Universal con poemas y crónicas dominicales en la sección llamada Rostros y máscaras.
Colaboró también para El Mundo Ilustrado, Revista de Revistas, Excélsior, y el Universal Ilustrado.
Trabajó también para periódicos de Caracas, Bogotá, La Habana y Nueva York.
Escribió para revistas literarias como la Revista Azul, la Revista Moderna, La Falange, El Maestro. Fue fundador de la revista Mexican Art and Life.
En 1894 publicó en la Revista Azul, el poema "Ónix" el cual lo dio a conocer como un autor prestigioso. Su primer libro de poesía El florilegio lo publicó en 1899.
Como Modernista en su primera etapa, defendió esta corriente en la Revista Moderna, en la cual publicó y tradujo artículos entre 1889 y 1911.
Intervino en la política y llegó a ocupar puestos diplomáticos en Japón, Francia, Ecuador, Colombia y Estados Unidos. En su viaje a Japón, en 1900, mostró interés por el ejemplo naturalista de los japoneses cuya estética, según él, permitía una interpretación plástica de la naturaleza.
Fue opositor de la política de Francisco I. Madero y publicó una sátira llamada Madero-Chantecler en 1910. Colaboró para el gobierno de Victoriano Huerta y tras la caída de este en 1914, se trasladó a Nueva York.
En 1918 el presidente Venustiano Carranza lo nombró secretario del Servicio Exterior, por tal motivo se mudó a Caracas donde realizó una labor cultural, impartiendo conferencias y realizando publicaciones.
En 1920 se trasladó a Quito, pero decidió renunciar a su puesto diplomático por no adaptarse a la altura sobre el nivel del mar de la ciudad. Tras una breve estancia en la Ciudad de México, regresó a Nueva York y fundó la Librería de los Latinos.
Durante un breve regreso a la Ciudad de México entre 1922 y 1923, un grupo de escritores lo nombró "poeta representativo de la juventud".
Residiendo en Nueva York fue nombrado miembro correspondiente de la Academia Mexicana de la Lengua en 1928.
En 1935 regresó a México y vivió en Cuernavaca, en 1941 fue nombrado miembro de número de la Academia Mexicana de la Lengua para ocupar el sillón VIII.
A mediados de 1945 regresó a Nueva York, siendo vicecónsul, pero murió el 2 de agosto del mismo año. La Academia Mexicana gestionó el traslado de sus restos mortales los cuales fueron sepultados en la Rotonda de las Personas Ilustres.
En sus escritos hizo uso indiscriminado de metáforas, como luego lo harían los ultraístas.
Además escribió caligramas al mismo tiempo que Guillaume Apollinaire.
Estudió el arte hispanoamericano, el precolombino y el arte contemporáneo.
Influyó y apoyó a artistas como Ramón López Velarde, José Clemente Orozco y Diego Rivera entre otros.
Tablada también es reconocido como el iniciador de la poesía moderna mexicana, y se le atribuye la introducción del haikú en la literatura hispana.
El compositor Edgar Varèse escribió en 1921 una cantata, “Offrandes”, con un poema de Tablada y otro de Vicente Huidobro.
Uno de poeta desterrado, injusta y con enorme torpeza, por la insulsa modernidad, a pesar de ser un autor modernista, es José Juan Tablada , poeta que ejerció el periodismo y la crítica literaria, además de ser diplomático mexicano, cónsul en Nueva York, ciudad donde vivió hasta su muerte .
Es iniciador de la poesía moderna, amigo entrañable y mentor poético de Ramón López Velarde, al que dedicó un retablo poético a la muerte del jerezano en 1921.
Al genio de José Juan Tablada se debe la introducción al idioma español y con dedicatoria especial para México de esa forma minimalista de la poesía oriental: el haikú, que bajo normas y formas especiales y definidas, son de una belleza asombrosa y una cadencia poética hacia la naturaleza y a los mejores sentimientos del Hombre (con mayúscula porque es un arte que dignifica a la especie.)
La forma cortante, brusca y lépera de los actuales líderes y políticos, mandatarios y amos del dinero, son una ofensa al concepto concreto, puro y armonioso del estilo de la poesía mínima, que se practica en Japón desde hace siglos.
No es nada más la obra poética, sino la capacidad de razonar y expresarse en forma concreta, con claridad lo más lejano a la forma retrógrada y burda de un mal vendedor, cotidiana entre los hombres y mujeres del gobierno mexicano carentes del ingenio de los merolicos pueblerinos.
Citar alguno como ejemplo, es imposible.
Poseen niveles de estulticia de gabinete y grupal del mismo nivel.
La sensibilidad poética de José Juan Tablada se expresa en la creación de decenas de haikús, algunos reunidos en “El jarro de flores”.
Para desgracia de los mexicanos, son dolorosamente ignorados por la barbarie actual.
Pero como premonición del arte ante la fuerza bruta, es la anécdota del maestro Tablada, que vestido con la elegancia de un kimono japonés, se encontraba absorto en el cultivo de su jardín en la casa que habitaba en Coyoacán.
Con la violencia revolucionaria y el estruendo de un caballo, entra a todo galope entre gritos y disparos un soldado revolucionario, que al ver en medio del minimalista jardín a un hombre vestido de tal manera, raya el equino y da la vuelta, para arrancar a todo galope, mientras el poeta lanza al aire los instrumentos de jardinería y corre en dirección a su casa para alertar a su esposa.
Vistas de la casa del poeta José Juan Tablada (1908-1913)
Tal imagen es irrisoria, pero para desgracia de los mexicanos es actual.
El arte y la belleza corren a esconderse ante la barbarie, que incapaz de comprender lo mejor del hombre, también huye espantada de tanta delicadeza.
Digna explicación para las maneras del manejo de la ciencia y la cultura de la administración calderonista, sin la valentía justiciera de los revolucionarios.
Aunque no hay competencia con los poemínimos de Efraín Huerta, éstos son algunos de los poemas minimalistas logrados por el genio de José Juan Tablada:
“Un Mono”
// “El pequeño mono me mira… / ¡Quisiera decirme /Algo que se le olvida!”
“En Liliput”
// Hormigas sobre un /Grillo inerte. Recuerdo / De Gulliver en Liliput.”
“Vuelos”
// “Juntos, en la tarde tranquila, / Vuelan notas de Ángelus, / Murciélagos y golondrinas”.
Por ejemplo, en estos tiempos de inundaciones y destrucciones acuáticas bien vale leer
“Remanso”
// “Las espumas del río se arremansa / Y entre las piedras fingen / Grandes esponjas blancas.”
O quizá esta belleza minimalista:
“Hongo”
// Parece la sombrilla / Este hongo policromo / De un sapo japonista”.
A esas hermosas joyas poéticas se unen otras, como ésta que ensalza al menospreciado asno
“El burrito”
// “Mientras lo cargan / Sueña el burrito amosquilado / En paraísos de esmeralda…”.
O este otro con toda la dignidad de alguna de las obras de Rufino Tamayo
“Sandía”
// “Del verano, roja y fría / Carcajada, / Rebanada / De sandía”.
O quizás el explosivo sol de
“Naranja”
// “Dale a mi sed / Dos áureas tazas / Llenas de miel”-
José Juan Tablada también aborda las pequeñas tragedias en haikú como éstos:
“La carta”
// “Busco en vano en la carta / De adiós irremediable, / La huella de una lágrima.”
O la condena
“A un crítico”
// “Crítico de Bogotá: ¿Qué sabe la rana del pozo / Del cielo y del mar?”.
Aunque también hay algunos que parecen dedicados al siglo XXI:
“Heroísmo”
// “Triunfante al fin perrillo fiel / Y ahuyentado por tu ladrido / Huye veloz el tren…”.
“Kindergarden”
// “Desde su jaula un pájaro cantó: / ¿Por qué los niños están libres / Y nosotros no?”.
“Identidad”
// “Lágrimas que vertía / La prostituta negra, / Blancas… como las mías…”
Y por último, pero con la invitación de acudir a los haikú, no nada más a los de Tablada, también a los escritos, como poesía efímera, por autores japoneses:
“Coyoacán”
// Coyoacán, al pasado muerto / El coyote de tu jeroglífico / Lanza implacable lamento…”.
Los haikú de José Juan Tablada se encuentran en sus obras, editadas por el Fondo de Cultura Económica o por El Colegio de México, sin embargo, hay ediciones pequeñas, casi infantiles de bajo costo.
Incluso, para esos que no gustan de los libros, sino de acudir a la tecnología de la computación, hay varias páginas web sobre José Juan Tablada donde vienen completos los haikú y algunas de sus narraciones, crónicas y artículos periodísticos.
Además en la librería “El Ático”, su propietario, Jaime Hernández Capos, hizo una edición facsimilar de la hecha en 1922 por Escritores Sindicatos. Fueron nada más 100 ejemplares.
Es una joya bibliográfica, digna de un alhajero, la reproducción de “El jarro de flores”. Seguro que el amigo Jaime debe haber impreso más que la centena original.
La librería de segunda, libros usados, se encuentra en la avenida Álvaro Obregón, entre Jalapa y Orizaba, en la colonia Roma.
Con suerte puede encontrar aún ejemplares de este minimalista libro.
Tras una breve estancia en la Ciudad de México, regresó a Nueva York y fundó la Librería de los Latinos.
Aunque no hay competencia con los poemínimos de Efraín Huerta, éstos son algunos de los poemas minimalistas logrados por el genio de José Juan Tablada:
El jarro de flores, 1922
HONGO
Parece la sombrilla
este hongo policromo
de un sapo japonista
LA GUACHARACA
¿Asierran un bambú en el gradual?
¿Canta la guacharaca?
Rac... Rac... Rac...
LIBÉLULA
Porfía la libélula
por emprender su cruz transparente
en la rama desnuda y trémula...
EN LILIPUT
Hormigas sobre un
grillo, inerte. Recuerdo
de Guliver en Liliput...
VUELOS
Juntos, en la tarde tranquila
vuelan notas de Ángelus,
murciélagos y golondrinas.
EL BURRITO
Mientras lo cargan
sueña de burrito amosquilado
en paraísos de esmeralda...
UN MONO
El pequeño mono me mira...
¡Quisiera decirme
algo que se le olvida!
PANORAMA
Bajo de mi ventana, la luna en los tejados
y las sombras chinescas
y la música china de los gatos.
TONINAS
Entre las ondas azules y blancas
rueda la natación de las toninas
arabescos de olas y de anclas.
PECES VOLADORES
Al golpe del oro solar
estalla en astillas el vidrio del mar.
12 P.M.
Parece roer el reló
la medianoche y ser su eco
el minutero del ratón...
PALMA REAL
Erigió una columna
la palma arquitectónica y sus hojas
proyectan ya la cúpula.
SANDÍA
¡Del verano, roja y fría
carcajada,
rebanada
de sandía!
LA CARTA
Busco en vano en la carta
de adiós irremediable,
la huella de una lágrima...
IDENTIDAD
Lágrimas que vertía
la prostituta negra,
blancas..., ¡como las mías...!
Su poesía se mueve en la superficie, en lo que ve y lo que toca, y con una habilidad magistral hace de las cosas sencillas artificios sorprendentes.
Publicó:
Florilegio (1899)
Al sol y bajo la luna (1918)
Un día... (1919),
Li-Po y otros poemas (1920)
El jarro de flores (1922)
La feria de la vida (1928)
Un día... Poemas sintéticos, 1919
EL SAÚZ
Tierno saúz
casi oro, casi ámbar,
casi luz...
LOS GANSOS
Por nada los gansos
tocan alarma
en sus trompetas de barro.
EL PAVO REAL
Pavorreal, largo fulgor,
por el gallinero demócrata
pasas como procesión...
LA TORTUGA
Aunque jamás se muda,
a tumbos, como carro de mudanzas,
va por la senda la tortuga.
HOJAS SECAS
El jardín esta lleno de hojas secas;
nunca vi tantas hojas en sus árboles
verdes, en primavera.
LOS SAPOS
Trozos de barro,
por la senda en penumbra
saltan los sapos.
EL MURCIÉLAGO
¿Los vuelos de la golondrina
ensaya en la sombra el murciélago
para luego volar de día...?
MARIPOSA NOCTURNA
Devuelve a la desnuda rama,
nocturna mariposa,
las hojas secas de tus alas.
LUCIÉRNAGAS
Luciérnagas en un árbol...
¿Navidad en verano?
EL RUISEÑOR
Bajo el celeste pavor
delira por la única estrella
el cántico del ruiseñor.
LA LUNA
Es mar la noche negra;
la nube es una concha;
la luna es una perla...
Tierno saúz
Casi oro, casi ámbar
Casi luz...
Distintos cantos a la vez;
La pajarera musical
Es una torre de Babel.
Pavo real, largo fulgor,
Por el gallinero demócrata
Pasas como una procesión...
De los enjambres es
Predilecta la flor de la toronja
(Huele a cera y a miel).
La rama del chirimoyo
Se retuerce y habla:
Pareja de loros.
Por nada los gansos
Tocan alarma
En sus trompetas de barro.
Llovió toda la noche
Y no acaban de peinar sus plumas
Al sol, los zopilotes.
Apenas la he regado
Y la mata se cubre de violetas,
Reflejos del cielo violado.
Sin cesar gotea
Miel el colmenar;
Cada gota es una abeja...
En la siesta cálida
Ya ni sus abanicos
Mueve la palma...
Cohete de larga vara
El bambú apenas sube se doblega
En lluvia de menudas esmeraldas.
Caballo del diablo:
Clavo de vidrio
Con alas de talco.
Breve cortejo nupcial,
Las hormigas arrastran
Pétalos de azahar...
Aunque jamás se muda,
A tumbos, como carro de mudanzas,
Va por la senda la tortuga.
Las cigarras agitan
Sus menudas sonajas
Llenas de piedrecitas...
Engranes de matracas
Crepitan al correr del arroyo
En los molinos de las ranas.
De monte a monte,
Salvando la cañada y el hondo río,
Una torcaz se queja y otra responde.
El jardín está lleno de hojas secas;
Nunca vi tantas hojas en sus árboles
Verdes, en primavera.
Como en el blanco las flechas
Se clavan en el avispero
Las avispas que regresan...
Otoño en el hotel de primavera;
En el patio de "tennis"
Hay musgo y hojas secas.
Clavada en la saeta
De su pico y sus patas,
La garza vuela.
Mariposa nocturna
A la niña que lee "María"
Tu vuelo pone taciturna...
Trozos de barro,
Por la senda en penumbra
Saltan los sapos.
¿Los vuelos de la golondrina
Ensaya en la sombra el murciélago
Para luego volar de día...?
El cámbulo,
Con las mil llamas de sus flores,
Es un gigante lampadario.
La noche anticipa
Y de pronto arde en el crepúsculo,
La pirotecnia de la buganvilia.
Devuelve a la desnuda rama,
Nocturna mariposa,
Las hojas secas de tus alas.
Plata y perlas de luna hechas canciones
Oíd... en la caja de música
Del kiosko de los ruiseñores.
Es mar la noche negra;
La nube es una concha;
La luna es una perla...
Recorriendo su tela
Esta luna clarísima
Tiene a la araña en vela.
El abejorro terco
Rondando en el foco zumba
Como abanico eléctrico.
Bajo el celeste pavor
Delira por la única estrella
El cántico del ruiseñor.
Pedrerías de rocío
Alumbra, cocuyo,
Tu lámpara de Aladino!
Sepulcro de José Juan Tablada en la Rotonda de las Personas Ilustres (México)
Esto lo dijo cantando:
—¡Vamos al baile y verás qué bonito!
http://fuentes.csh.udg.mx/CUCSH/argos/antologi/tablada.htm
http://circulodepoesia.com/nueva/2013/02/la-decena-tragica-en-el-diario-de-jose-juan-tablada/
https://www.google.es/search?safe=off&hl=es&site=imghp&tbm=isch&source=hp&biw=1206&bih=566&q=jose+juan+tablada&oq=jose+juan&gs_l=img.1.1.0l10.1005.5734.0.8887.13.10.1.0.0.0.294.1728.0j8j2.10.0...0.0...1ac.1.12.img.t50tmWu1gpc
¡Vaya, querida Xaro, qué homenaje!
ResponderEliminarGracias por tan extenso como merecido homenaje al poeta mexicano José Juan Tablada.
Merecido por su obra y por ser el introductor del haiku en lengua castellana.
Muy interesante los datos reunidos en torno a su vida y a su quehacer poético.
Un acto de justicia.
Aprecio tu labor y tu dedicación, amiga.
Un abrazo.
Gracias, Xaro, una interesante y valiosa muestra de hai-kais y poemetos del poeta modernista José Juan Tablada.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias Xaro por este estupendo artículo sobre Tablada.
ResponderEliminarBesos.
Existe alguna Biografía de José Torres Palomar ?
ResponderEliminar