La inocencia del haiku
Selección de poetas japoneses menores de 12 años
por Vicente Haya
Traducción: Vicente Haya
páginas: 212
Tamaño: 14 x 21 cm.
Encuadernación: tapa blanda, rústica
Lengua: Japonés. Edición bilingue castellano
Editorial: Vaso Roto
ISBN: 9788415168072
El libro:
La escritura de haikus continúa siendo una parte esencial
de la educación básica japonesa.
Vicente Haya, uno de los grandes conocedores del género,
reparó en que los haikus escritos por niños encerraban más de una enseñanza.
«Solo los verdaderos poetas y los niños –únicamente los que sienten en carne viva– son capaces de ver el mundo: los demás estamos desahuciados».
El haiku rechaza las imágenes poéticas, no requiere erudición.
Escribe una niña de seis años:
«Las hormigas en fila
suben por una hoja de hierba...
y enseguida bajan»
Y un niño de siete años:
«Mientras me reñían
por haber cogido el girasol,
yo miraba la flor»
El lector tiene entre sus manos una singular lección de poesía y vida
en forma de colección de espléndidos poemas.
Que sean niños los que los han escrito es lo de menos.
Y lo de más.
El autor:
Licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad de Granada y doctor en Filosofía, Vicente Haya (España, 1962) vivió en Barcelona donde impartía cursos de introducción al haiku. También es profesor eventual en la Universidad Nacional a Distancia desde 2005 y conferenciante especializado en diálogo interreligioso.
Actualmente imparte clases en la universidad de Sevilla.
Autor de más de treinta libros sobre niponología e islamología
entre los que se encuentran:
"El corazón del haiku" (2002),
"El espacio interior del haiku" (2004),
"Haikus japoneses de vuelo mágico" (2005),
"Haiku-dô: el haiku como camino espiritual" (2008),
"Diccionario de las tres religiones" (2009),
Coautor junto con Xabier Pikaza
"El Dios de la perplejidad" (2010).
junto con José Manuel Martín Portales
"70 haikus y senryûs de mujer" (2011),
"El arameo en sus labios" (2013),
"Aware". Iniciación al haiku japonés (2013),
"El tiempo de la Baraka" (2014), su última novedad.
Actualmente mantiene el blog El alma del haiku junto con Keiko Kawabe.
http://blogs.periodistadigital.com/
* * *
Doctor Vicente Haya Segovia
Prólogo de Vicente Haya Segovia
Un verdadero haijin (poeta de haiku) lo primero que debe hacer
es buscar la inocencia dentro de sí. Sólo o con ayuda.
El haiku que hacen los niños puede ayudarnos a encontrarla.
El haiku no son sólo palabras.
La mirada limpia es esencial, el saber estar sin esperar nada es esencial,
la ausencia de juicio al género humano es esencial.
Todo es necesario en el haiku.
Los niños nos enseñan también a seleccionar de entre la infinitud de objetos poéticos que nos rodean los asombros más elementales, los que pasan más desapercibidos.
Todo merece un haiku, pero hay asombros más imperceptibles que otros. Se trata de que nuestra atención sea plena y eliminemos los obstáculos entre nuestra percepción y eso que hay ahí fuera y se llama “mundo”.
En cierta ocasión escuché a un anciano pintor decir:“Si fuéramos capaces de percibir de un golpe todo lo que hay ahí fuera reventaríamos”.
Por eso se nos da la oportunidad de hacer un proceso, un camino de agigantamiento de nosotros mismos, vía para aumentar nuestra capacidad de sentir. Sentir más, ser más lo de fuera y menos lo que ahora somos.
Por eso fue abandonado el haiku arcaico como una aberración, porque lo exterior era sólo una excusa para hablar de nosotros y de nuestro mundo.
Desde Bashô quedó desterrada esa propensión humana a proyectar los elementos del mundo humano sobre la naturaleza; esos haikus que instrumentalizaban la naturaleza y en los cuales una luna era un abanico sin mango dejaron de escribirse. Y por eso también están mal vistos o apenas existen los haikus de amor, los haikus filosóficos, los proselitistas; no porque el amor, el pensamiento o la religión tengan nada de malo, sino porque son lo que ya somos, lo que ya sabemos que sentimos, pensamos o creemos. Y hay que salir de ahí hacia el mundo, hay que dejar de escuchar la vibración de lo de dentro y dejar entrar la que nos viene de fuera.
Los niños, naturalmente, poco a poco van enfermando de nuestras mismas enfermedades, la del consumismo, la del egoismo, también la de la estupidez, pero mientras hacen ese proceso de pérdida de la infancia aún son capaces de extraordinarias apreciaciones, como podremos comprobar en esta antología. Gracias a lo que estos niños japoneses sintieron alguna vez, y dejaron por escrito, ahora nosotros podemos recuperar esa inocencia que un día perdimos. Ni se sabe ya hace cuánto tiempo.
Prólogo del libro de Vicente Haya, La inocencia del haiku.
Selección de poetas japoneses menores de 12 años.
Compilación de V. Haya. Edid. Vaso Roto.
Pint: Koson Ohara 小原 古邨
(1877-1945)
" El girasol y la pequeña mariposa"
* * *
Fuentes:
https://www.vasoroto.com/?lg=mx&id=4&cid=1&lid=81
http://foros.elrincondelhaiku.org/
https://www.google.es/imgres?
https://www.casadellibro.com/libro-la-inocencia-del-haiku/9788415168072/2000511
No hay comentarios:
Publicar un comentario