lunes, 28 de octubre de 2019

Mercedes Pérez Kotori








Haiku Dô:

el camino del haiku en español

por Mercedes Pérez





“El pino nos habla del pino y el bambú del bambú”

-Matsuo Bashô.

*

―"Mirad las aves del cielo, observad los lirios del campo"

-Jesús de Nazaret.

*

“Cuando la sangre de tus venas retorne al mar, 
y el polvo en tus huesos vuelva al suelo, 
quizás recuerdes que esta tierra no te pertenece a ti, 
sino que tú perteneces a esta tierra”

-Nativos americanos.

*

“Todo lo que existe, coexiste”

-Leonardo Boff 


*



Cuando hace años tuve el primer contacto con el haiku de lo Sagrado sentí
una gran fascinación. Miraba aquel pequeño poema y sólo atinaba a pensar
¿Se puede ser tan pequeño y tan grande a la vez? Mis ojos, asombrados, admiraron esa estética tan particular, ese espacio en blanco, -aparente vacío o desnudez- que rodeaba un punto de esencia. Un pequeño poema que hablaba de cosas sencillas, de esas ―cosas sencillas‖ que ocurrían en la Naturaleza y que formaban parte de mi universo interior. ¡Y alguien había escrito sobre ello y lo había
compartido en un libro!

 Pero quizás lo que más me atrapó fue la condición de que no se trataba de una
forma intelectual de poesía, sino vivencial: su objeto ―poético‖ era aquello que
conmovía al humano cuando observaba, sin más, el vuelo de los pájaros en cielos abiertos a llanuras imponentes, iluminadas por el sol o blanqueadas por heladas y nieve.

 Todo eso que parecía carecer de valor e importancia, que decían había sido
creado para ponerlo a nuestro servicio y que por lo tanto era inferior a nosotros,

los humanos… todo aquello tenía su espacio sagrado en aquel pequeño poema. 

Las criaturas, los ríos, la tierra que estaban siendo mancillados por esa locura

institucionalizada a través de siglos de creencias que giraban en torno a la supremacía del hombre sobre todo lo creado, tenían voz propia en el haiku. 




Río turbio…
En la niebla comienza
a entrar la luz

-Gorka Arellano (España)

*

beben los mulos,
la corriente del río
entre sus patas

-JL Vicent (España)

*

sin cambiar la mirada,
cruza el camino un zorro.
casi es invierno

-Elías Rovira Gil (España)


*


Haiku y Holismo: 
“Todo lo que existe, coexiste”

Me he preguntado muchas veces por esta haiku-pasión sin aparente sentido y
las respuestas que han surgido de mis lecturas, conversaciones, experiencia
apuntan hacia una forma con la que algunos nos relacionamos con el mundo y a
la que situaría próxima a un enfoque holístico de la vida. Personalmente, nada me
impide moverme con libertad entre las aguas que surgen de distintos manantiales. ¿Es eso una contradicción? No lo sé. ¿Es malo tener contradicciones? Depende. El alma en su peregrinaje, bebe de los distintos manantiales para saciar la
sed de su espíritu.

 Hasta no hace mucho, Oriente y Occidente se relacionaban de forma bien diferenciada con su entorno. Uno lo hace o hacía en líneas generales, en base a principios que valoran, por ejemplo en el budismo, la eliminación del yo que nos separa del entorno o el cuidado de todos los seres que habitan el universo para no
provocar sufrimiento. Como contrapunto, en Occidente ha primado la separación
del hombre del resto con una concepción del Yo que ha derivado en la egolatría y
creo que todos somos capaces de comprender las consecuencias de ello.
 Si vamos más allá de la forma rígida con la que el pensamiento reduccionista
encasilla las cosas para que nada se descontrole, veremos que en el fondo, ese
agua es la misma.

Llamémosla Tao, Creación, Naturaleza, Madre Tierra, Pachamama, Tonantzin,
Gaia, Ärbol de la Vida,, … Démosle el nombre que más nos guste, pero estaremos hablando de aquello que sostiene la misma realidad más allá de la razón y la
religión. Más allá de la utilidad práctica que tengan para el hombre esas aves, ese
lirio, ese pino, ese bambú que mencionaron Jesús de Nazaret y Bashô. Más allá
de su composición química. Más allá de cualquier análisis que queramos hacer
para dominar o comprender eso que late y que se nos escapa, como lo hace

nuestra vida, sin que podamos evitarlo. 

 Es por ello que creo que en muchas partes del mundo y sobre todo en países
de lengua hispana, poetas sensibles a esta vibración han conectado con el trasfondo espiritual de esta particular forma de poesía originaria de oriente, sin quedarse atrapados en la formalidad de la métrica. El tiempo dirá si estamos o no ante un fenómeno que marque la diferencia en el haiku en Occidente.

 No es casualidad que en Cuba, Argentina, Colombia, República Dominicana,
España, México, Bulgaria, Canadá …etc. cultiven un haiku que se mantiene vivo
al margen de modas y que ahonda en el asombro puro de lo que acontece en la
Naturaleza. Y mientras esto ocurra, mientras las cosas que parecen no importar a
nadie le importen al haiku, hay lugar para la esperanza.







 Me viene a la memoria el Concierto de Haiku "SER AGUA" que se celebró en 2015
en Colombia y España y que contó con Vicente Haya, Raúl Ortiz y Juan Felipe
Jaramillo como ―directores― de esta orquesta tan particular. Una idea maravillosa

que aunó ―las diversas búsquedas y corrientes creativas que han estado floreciendo en los países de origen hispano con el fin de construir una obra de carácter colectivo”.

 En total fueron 31 autores de habla hispana que aportaron 80 haikus afinados
de tal manera que ―la voz de los haikus elegidos diera la textura y el relieve poético a una creación colectiva que, además de ser presentada en forma de un texto
impreso para su lectura, pudiera llegar a ser representada en un escenario en el
que la música, los sonidos del mundo y las imágenes visuales se encuentren y se
unan para fecundarse y multiplicar su belleza”.

Recomiendo su lectura porque es evidente que es un canto a la Naturaleza y por tanto, opino que encarnan el espíritu de lo que se denomina Haiku de lo Sagrado. Facilito un enlace donde pueden acceder a esta interesante información.





¿Realmente lo que transmite un haiku 
de lo Sagrado 
es tan importante?


 En el libro “El espacio interior del haiku” 
editado por Shinde, 
su autor Vicente Haya escribe:


 "Cuando uno por primera vez en su vida se encuentra con haiku japonés, 
no da crédito a lo que lee.
 El haiku que ahora citamos podría ser un típico ejemplo":


(Haku-un)
Shika no ashi
yoromeki hososhi
kusamomiji

Las patas delgadas del ciervo
dan un traspiés
La hierba roja de otoño


…Un ciervo que da un traspiés en la hierba… Y, ante eso, surge inevitable la pregunta del lector occidental profano en la materia: “Realmente, ¿tiene esto importancia como para escribir un poema?

 Para el alma japonesa está claro: si un traspiés de un ciervo de patas delgadas
no tuviera importancia, la realidad misma se desplomaría. No habría nada capaz
de resistir la eliminación de un instante que ya hubiera sucedido; la puesta del sol,
la presencia luminosa de la luna en el cielo estrellado, la llegada de la primavera,
la nieve cubriendo los campos…, 
todo se desharía como polvo al viento si un traspiés de un ciervo fuera algo indiferente. 

El poeta japonés sabe, aunque no lo formule, que cualquier cosa importa porque pertenece al todo, a la realidad que no puede ser si no como es. 

La realidad va siendo formada por lo que sucede, y lo que sucede es el resultado de los seres, con sus características naturalezas.
Atender a estas naturalezas es el único rito que se nos pide en nuestro camino de 
“realización”, de transformación de nosotros mismos en la realidad que nos asombra.”

 Hablamos de coexistencia y por tanto de corresponsabilidad.



"El pergamino del ciervo"

 -Tawaraya Sotatsu y Honami Koetsu-

(Principios del siglo XVII)



Pero 
¿qué entiendo por haiku de lo Sagrado?

Para mí, es el resultado de una experiencia conmovedora al entrar en contacto
con ese ―espacio misterioso e inconmensurable‖ que es la Naturaleza y que enraíza con una forma de expresión atávica ligada de alguna manera, a esos poemas breves primitivos que no utilizaban la abstracción si no la concreción.

Contactar en silencio con el Silencio, atenta y abierta para que lo que ocurre -y
siempre está ocurriendo- pueda resonar. 
Pero ¡cuidado! sin expectativas, sin avaricia. No como una coleccionista o una cazadora de haiku. Si lo acechas es probable que no lo encuentres.

Para amar y por lo tanto conocer el haiku, -como bien apunta José María Bermejo en su prólogo de Instantes- has de acercarte a él con la misma actitud que Sen no Rikyû exigía para la Ceremonia de Té:

 Con wa, armonía; kei, respeto; sei, pureza, y jaku, quietud.

Casi nada… Y ahora me surgen las lógicas preguntas:
¿Qué tiene de armonioso una autovía?
¿Qué respeto mostramos cuando destruimos un río y condenamos a muerte a sus habitantes para pasar un oleoducto?
¿Qué pureza dejamos tras el paso de un pozo de fracking por el bosque, por la tierra violentada?
¿Qué quietud se respira en una ciudad en hora punta? 
Es más, en esta sociedad que se auto proclama civilizada, 
¿se valoran estos principios?

El haiku nos da la oportunidad de pisar con suavidad la tierra y dejar una huella
pacífica a nuestro paso.




Rayo en la noche;
la cabra tensando
su propia soga.

-Sergio Pinteño (España)

*

sol de noviembre.
de una tumba a otra
hilos de araña

-Frutos Soriano(Albacete, España)

*

Nubes de lluvia.
Cada tanto la luna
alumbra el cerezo

-Mary Vidal (Patagonia,Argentina)

*

Unas hormigas
en el racimo maduro.
Viento del norte

-Julia Guzmán (Argentina)

*

Otro pollo muerto
entre las rocas.
Vuelo de pelícanos

-Lester Flores (Cuba)

*

Viento solano.
Los becerros se embisten
camino al río.

-Roberto Miguel Escaño Pérez (República Dominicana)




Pint. de Ohara Koson
(1877-1945)



*


El Haiku-Dô: 
Aprender a mirar como un niño.


Caroline R. Young

Pintura en seda china



En la presentación del libro de haikus Sin otra luz que hicimos Manuel Diez Orzas, Félix Arce y yo misma en la Fundación José Hierro, expusimos lo siguiente:

“En una sociedad como ésta en la que vivimos, -tan alejada de los valores en
los que el haiku del que hablo se inspira-, una sociedad rebosante de contaminación, stress, competitividad, tv. basura, consumo desmesurado, materialismo a
ultranza, corrupción, insolidaridad, alimentos desnaturalizados… en un mundo
así, el haiku, lo tiene crudo porque no mira precisamente hacia ese lado, más
bien al contrario. Y en ese sentido, el haiku que a nosotros nos conmueve, es terriblemente revolucionario. Es como el micro chip de un arma secreta DE REGENERACIÓN MASIVA que guarda entre sus diecisiete sílabas o sonidos la información de lo que Es, de la Vida….

Inmediatamente, caeremos en la cuenta que escribir haiku basado en esos principios, no es tan fácil, porque el haiku- dô, te exige como primer paso, desprenderte de toda adherencia cultural, de todo ego y eso, amigos y amigas, es un gran reto.

Dile a tu mente, es decir, dite a ti mismo, que tú no vales nada para el haiku o
que vales tanto menos que un piojo.
Que tus sentimientos humanos como el amor, el desamor, el odio, las pasiones,
no tienen cabida en él. Que has de convertirte en un tubo hueco, en una caja de
resonancia en la que sonará una melodía que no has escrito porque simplemente
eres testigo de lo que acontece y tu única responsabilidad es estar afinado para
que la melodía suene lo mejor posible.

Al mismo tiempo, disponte a adiestrar los sentidos, (no los sentimientos que de
eso sabemos mucho en occidente). Unos sentidos adormecidos por una cultura
en la que prima lo mental, (el hemisferio izquierdo hiperactivo) y mientras, pon en
marcha el mecanismo que conecte tu mente y tu corazón.

Simbólicamente has de defenestrarte para armonizar tu ser y volver a integrarte en el Todo, dejando de estar separado por una mente que te sitúa, por el hecho de ser un humano, en una posición de privilegio sobre la Naturaleza, distanciándote prepotentemente de todos los demás seres que la habitan. 

Una vez destruidos y aniquilados todos nuestros apoyos, todo lo que el intelecto fue creando a lo largo de nuestra existencia…¿en que nos hemos convertido? probablemente,
en algo parecido a un niño… eso sería lo ideal.”

¿Estamos dispuestos a mirar por el pequeño agujerito que es el haiku con la
inocencia con la que los niños se acercan a las cosas? 
De nuevo la inocencia.


Una mirada pura ¿es posible hoy en día o ya ha dejado de formar parte de la humanidad que habita este mundo tan ―civilizado‖? 
Esperemos que no.




sin otra luz
colocando batatas
en los rescoldos

-Mercedes Pérez (Madrid,España)

*

Soleada arena
Un gorrión en el hueco
que hizo el niño

-Jorge Braulio (La Habana,Cuba)

*

Puesta de sole
el último reflejo
en la bandada

-Luis Alberto Plaquín (Argentina)

*

Silencio en el pueblo.
La casulla del cura
tendida al sol.

-Enrique Linares (Valencia,España)

*

Beber agua
donde se ven los pinos.
Atardecer

-Rafael García Bidó (República Dominicana)

*

No cedió más
la piel de la granada.
Amanecer

-Juan Francisco Pérez (Murcia,España)


*

¿Y qué ocurre con los humanos
 y sus pasiones en el haiku?

Un mundo rico en sensaciones, vivo, cambiante, luminoso, sucede ante nosotros y somos testigos de lo que acontece. El milagro de la vida y la muerte. De lo bello y lo efímero y por qué no, también de lo triste, lo feo, lo descompuesto, lo
que se acaba. 
Cualquier suceso de la Naturaleza tiene derecho a habitar en el haiku. 
No todo son pétalos de cerezo.

Alguien me comentó una vez que el humano también pertenece a la Naturaleza y por lo tanto todo lo que a él atañe tendría cabida en el haiku por derecho propio.
No soy quién para decir si está acertado o no. 
Para ese debate están los maestros del haiku que entienden de verdad de qué va esto y poseen datos históricos que avalan sus tesis.

Mi modesta opinión habla a través de la intuición y por ella me guío en este sendero. 
Los humanos, sí, pero en igualdad de condiciones que una hormiga o un guijarro. 
Lo "otro" no me interesa cultivarlo, no me conmueve, no quiero perpetuarlo en la memoria de nada, ni siquiera nombrándolo en un poema. Además, como ya se sabe, para estos asuntos existen otros tipos de poemas con un formato parecido al haiku y que tienen su propia idiosincrasia: senryu, zappai, terceto, etc.
Y de los que por cierto disfruto mucho, pero en su contexto.


El haiku de lo sagrado da esperanza para que todo aquello que debido a la mala acción humana se encuentra en peligro de extinción, perdure en la memoria.



*


Haiku versus exhibición poética.

El haiku que me emociona, no es literatura; no es una exhibición poética, aunque sea una estrofa que expresa una conmoción profunda e intensa. 



estrella fugaz
una rata en la verja
masca el veneno

-Ángeles Hidalgo (Murcia,España)

*

Sol otoñal.
una ciega y un ciego
van de la mano

-Juan Carlos Durilén (Córdoba,Argentina)

*

Una y otra vez...
la mar devuelve
el brillo a los guijarros

-Alfredo Benjamín Ramírez Sancho (Asturias,España)

*

Fin de año.
Las hormigas vienen y van
en el pichón muerto

-Jorge Giallorenzi(Argentina)

*

una hoja al viento
y volando en ella
la mantangorri *

* Del Euskera: mariquita

-Santiago Larreta(España)

*

Huele a podrido
en la orilla rocosa
el brillo de las escamas

-Sandra Pérez (Argentina)


*


Por eso el haiku que forma parte de mi camino no contiene figuras literarias ni
palabras rebuscadas o elegantes. 
La pretensión o el exhibicionismo del poeta no tienen cabida en él para evitar precisamente que el autor se convierta en el objeto del poema. 
El haiku te vacía del YO para llenarte de SILENCIO y de PAZ. 
Y algo que es crucial a mi entender: nace de la experiencia directa del haijin con su
entorno a través de los sentidos y no de una elucubración intelectual de laboratorio con ingredientes aparentemente naturales pero que terminan creando un subproducto sin alma ni sabor –como esos tomates que parecen tan buenos y bonitos pero que saben a plástico-incumpliendo uno de los requisitos básicos esenciales del haiku-dô que no es otro que el de captar el aware que nace de la vivencia directa en el aquí y en el ahora y por supuesto, en la Naturaleza.



Suena a lluvia
el viento en la hojarasca
del limonar

-Maria Victoria Porras (España)

*

tarde lluviosa…
dos moscas copulando
mueven las migas

-Mirta Gili (Argentina)

*

Se ha detenido
en el claro de luna,
un cangrejo.

-María Elena Quintana Freire(Cuba)

*

Canto de grillo.
Desaparece en la luz
el vaho del té.

-Konstantín Dimitrov (Bulgaria)


*


Siento el haiku como algo tan misterioso, tan sutil y vibrante, que meterlo en una jaula es condenarlo a muerte, pues el haiku es o no es y no depende exclusivamente de las normas clásicas ni de la llamada ―evolución‖. Sería tan fácil como aplicarlas o transgredirlas y ya está, y aun así, que pocos haiku están dotados de alma a pesar de los intentos intelectuales de unos y otros para conseguirlo.

No creo que dependa de sólo nuestra voluntad. El haiku también elije dónde
quiere nacer y cómo hacerlo. A veces nace en el momento, otras tarda años en
abrirse camino. Pero insisto, nace de la experiencia con la realidad y los sentidos

son la vía de contacto con ella.



Al deslizarse
la gota de rocío
cada vez más grande.

-Juan Felipe Jaramillo (Colombia)

*

un suave sismolas 
jacarandas comienzan
a ponerse verdes

-Israel López Balan (México)

*

Queman rastrojos
El espantapájaros
último en arder

-Elías Dávila Silva (México)






*



El haiku 
como adiestramiento espiritual. 
Conciencia plena. Mindfulness.

Sin ser patrimonio del budismo, el haiku-dô tiene puntos básicos que entroncan con esta tradición. La Conciencia Plena, o la Plena Atención que ahora tan de moda está bajo el nombre de Mindfulness es uno de ellos y bien útil por cierto.

Por lo tanto, para mí, el haiku es parte de un adiestramiento espiritual que me invita a desaparecer voluntariamente dentro de un maravilloso mundo preñado de asombros, y de esa manera ―intentar‖ armonizarme con él.

Es observar las cosas en su Ser tal y como son e ir a su esencia, no para diseccionarla o adaptarla a mi concepto mental de lo que ha de ser sino para hacerme uno con ella dejando aquietar mi mente occidental en la medida de lo posible.

Y qué mejor manera de ilustrar tanta palabrería con lo que de verdad importa.
Todos estos haikus que he intercalado en el texto, se hacen eco de lo sagrado en
distintos puntos del lugar que nos acoge, nuestro planeta Tierra.

No olvidemos además, algo en lo que insisto mucho y es la proyección personal que como lectores hacemos cuando estamos ante un haiku. 
Tan difícil o más que escribir haiku, es tener la disposición correcta para leerlos. 
Os recuerdo:



WA, KEI, SEI, JAKU


lluvia de anoche...
rezuma el brocal
de un pozo seco

-Manuel Díez Orzas (Madrid,España)

*

niebla matinal…
escarba en la hojarasca
un gallo rojo

-Xaro Ortolá (Alicante,España)

*

susurrando…
un niño frente al belén
pregunta por el desierto

-Félix Arce Aráiz (Cantabria,España)

*

Epifanía.
Se derrite la escarcha
de las violetas

-Toñi Sánchez Verdejo (Albacete, España)


*

El camino del haiku, afortunadamente, no tiene una meta de llegada, la meta es
el caminar. Y en ello estamos. Gracias por llegar hasta aquí. 




Fuente:
https://haikunversaciones.files.wordpress.com/2014/01/hojas-en-la-acera-nro-34-el-haiku




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