Vicente Haya
entrevista
Vicente Haya. Doctor en Filosofía y Diplomado en lengua japonesa
Vicente Haya
entrevista
Vicente Haya. Doctor en Filosofía y Diplomado en lengua japonesa
Vicente Haya:
«El haiku es como una notaría de la vida»
(13/01/2005)
Vicente Haya confiesa que se «encontró» con el haiku por casualidad y que ha continuado con él «por fidelidad», tanto que ha hecho de esta manifestación poética nipona un eje importante de su vida. Ayer se presentó en Sevilla «El espacio interior del haiku», un libro de un centenar de páginas en el que se desvela el fondo de esta expresión breve y esencial, cuya importancia «va extendiéndose poco a poco sin que se esté explicando adecuadamente», señala el autor, que lleva doce años estudiando este tipo de poesía en la que en el año 2000 centró su tesis doctoral en Filosofía por la Hispalense abordando «La expresión de lo sagrado en el haiku japonés».
Vicente Haya opina que, «salvo gloriosas excepciones», existe mucho desconocimiento sobre el auténtico significado de esta poesía y «los poetas se lanzan a escribirla sin saber lo fundamental». Según explica, en el haiku el autor tiene que estar presente en la escena, «es como una notaría de la vida, como una instantánea de la realidad. A diferencia de la poesía a la que estamos aquí acostumbrados, en Japón el poeta no refleja su sentimiento sino que plasma el mundo, ya que lo que tiene auténtica importancia es lo que está fuera de la persona, con lo que el yo desaparece». De esta manera, cualquier pequeño elemento de la Naturaleza puede ser «trascendental» teniendo en cuenta esa ley nipona interna de lo divino, «donde lo sagrado organiza el mundo». «El japonés -añade el autor- va vaciándose de todo el contenido de su historia personal y se va impregnando de todo lo que le rodea, del vuelo de una libélula, de un pájaro, de la luna llena...».
Vicente Haya propone en su libro 47 claves para construir un buen haiku, añadiendo a las ya conocidas algunas nuevas como la necesidad de un eje emocional o la capacidad de mezclar ingredientes poéticos para que el resultado final sea óptimo. Con todo ello, también pretende desmitificar esta expresión lírica porque «el haiku no es un hermético arcano al alcance sólo de especialistas. Esta poesía nunca usa palabras complicadas y no exige ningún conocimiento literario sino ser sincero con lo que se siente, por eso los haikus más asombrosos son los realizados por niños. Cualquier persona -apunta- puede escribirlos, siempre que se haga con el debido respeto».
La clave principal del haiku reside, en su opinión, «en la conmoción que se siente ante el mundo» y, en este sentido, critica las pretensiones de algunos escritores como Mario Benedetti. «En su libro «Rincón de haikus» no aparece ninguno de verdad, lo que ha hecho -argumenta Haya- es lo que en Japón se llama «zappai», pues la persona del escritor no interesa al mundo del haiku sino, por ejemplo, la gota de rocío que éste haya podido percibir».
Destacado experto
Entregado por completo a la publicación y traducción de esta expresión poética, Vicente Haya está considerado uno de sus más destacados especialistas, aunque él se siente heredero, sobre todo, de las enseñanzas de su maestro Nagakawa, «que tradujo al japonés el «Ulises», de Joyce, y que también conoció el profesor sevillano Fernando Rodríguez-Izquierdo», una de las máximas autoridades en materia de haikus en nuestro país.
Próximamente verá la luz un nuevo título de este autor que desde hace más de una década se encuentra inmerso en el estudio de estos poemas cortos de 17 sílabas distribuidas en tres versos. En «Poetas de corazón japonés», Haya presentará una selección de haikus en castellano -en la que tres de los autores que figuran son sevillanos-, demostrando que esta poesía «no es algo del pasado sino la manifestación de cómo los japoneses nos han enseñado que puede hablar el alma humana».
Fuente:
https://sevilla.abc.es/cultura/sevi-vicente-haya-haiku-como-notaria-vida-200501130300-9631431550682_noticia.html
Vicente Haya: Todo merece un haiku.
"En el fondo de todas las cosas
hay algo que busca nuestro encuentro.
Y el haiku nos invita a ese encuentro".
“Si fuéramos capaces de percibir de un golpe todo lo que hay ahí fuera, reventaríamos”. Por eso se nos da la oportunidad de hacer un proceso, un camino de agigantamiento de nosotros mismos, vía para aumentar nuestra capacidad de sentir. Sentir más, ser más lo de fuera y menos lo que ahora somos.
Un verdadero haijin (poeta de haiku) lo primero que debe hacer es buscar la inocencia dentro de sí. Solo o con ayuda. El haiku no son sólo palabras. La mirada limpia es esencial, el saber estar sin esperar nada es esencial, la ausencia de juicio al género humano es esencial. Todo es necesario en el haiku. Todo merece un haiku, pero hay asombros más imperceptibles que otros. Se trata de que nuestra atención sea plena y eliminemos los obstáculos entre nuestra percepción y eso que hay ahí fuera y se llama “mundo”.
Son palabras de Vicente Haya en su blog http://blogs.periodistadigital.com/ elalmadelhaiku.php en la presentación de uno de sus libros, “La inocencia del haiku. Selección de poetas japoneses menores de 12 años”. Su último libro, “Aware. Iniciación al haiku japonés” (Kairós), nos acaba de convencer, por si ya no lo sabíamos antes, de que el haiku es un camino espiritual, sí, lo que significa en la práctica cotidiana, una forma de vida.
- Dónde reside su dimensión mística?
En la Naturaleza hay algo que nos espera desde siempre. En el fondo de las cosas hay algo que busca nuestro encuentro. Y el haiku nos invita a ese encuentro.
- Cómo nos enseña a vivir mejor el haiku? En qué sentido es un camino espiritual?
Los japoneses llevan siglos demostrando que estas poesías breves que nos hablan de la Naturaleza son capaces de transformarnos por completo, por eso se constituyen en un haiku-dô, en un camino espiritual. Cómo lo logran es el secreto que trato de desvelar en las 300 páginas de este libro.
- Cuáles son las reglas fundamentales del haiku?
En Aware (iniciación al haiku japonés) hemos determinado 88 reglas, pero no es algo que esté fijado; podrían haber sido muchas más. Como en todo aprendizaje espiritual, las reglas tratan de evitar errores de nuestra personalidad y por tanto están en función de estos errores.
- Qué le aporta a la persona que lo lee?
El haiku te muestra cuánto puedes llegar a sentir al leer algo que carece completamente de importancia, según el punto de vista más convencional, y te pregunta luego por qué te emociona tanto eso que te está contando.
- Cómo leer un haiku?
Con silencio. Sin silencio no hay haiku. “Silencio” no es ausencia de sonido sino ausencia de ruido.
Pint. de Utagawa Hiroshige
"Una mujer recogiendo algas"
Museo de Bellas Artes
- Qué le aporta al haijin, la persona que lo escribe?
Cuando tú ves un suceso, algo mínimo, una luciérnaga que trata de posarse en una hoja y el viento que no deja de moverla, un niño que viene corriendo desde las montañas mientras llora, un ciervo que da un traspiés entre la hierba roja de otoño..., y te impresiona hondamente, y tratas de contarlo con brevedad, el haiku te reta a que logres emocionar a otros. Como es tan breve, si no seleccionas bien los elementos de tu asombro, nadie sentirá nada leyéndolo. El haiku trata de que sepas seleccionar entre las cosas que están ahí, delante de ti, tuya aquellas que han sido esenciales en tu asombro.
Cómo contemplar el mundo para escribir un haiku?
Como si fuera de cristal.
- El arte del haiku (de escribirlo), ¿te lleva a una forma específica de contemplar el mundo, de vivir? (Si es así) Cómo?
Creo que, antes o después, el haiku te invita a huir de las ciudades. Es una impresión mía, no una ley general del haiku. De hecho en Japón hay grandes haijines que viven en ciudades. Pero creo que no se puede escribir haiku a golpe de recuerdos y escapadas al campo.
- A través de la práctica del haiku (escribir y leer), ¿podemos aprender a vivir el presente, en presencia en el aquí/ahora? Cómo?
La hipersensibilidad que vas desarrollando te hace estar muy atento a todo. Y la atención te coloca en presente.
- Qué le aporta a la persona vivir de esta manera?
Vivir. No meramente haber nacido y dejar pasar el tiempo, sino vivir de verdad.
- Cómo aprender a escribir haikus?
¡Lo primero leyendo este libro...! No es broma... Los japoneses no se han prodigado mucho en explicar el haiku (hay tan sólo un par de libros desde hace más de treinta años) y los extranjeros no han tenido paciencia de esperar a que los japoneses se lo expliquen, así que han acabado inventándoselo. En este libro que acabo de publicar no soy yo el que habla sino que pongo por escrito lo que me han enseñado decenas de expertos japoneses de haiku.
- “El haiku es un camino de extinción del yo”. Cómo quitarse de en medio al mirar (contemplar, fundirse, experimentar) el mundo?
Hay técnicas concretas por las que el haiku nos ayuda a aniquilar nuestro ego: no usar figuras literarias (en las que se demuestra lo hábiles que somos), no hacer guiños a nuestra erudición (en la que se demuestra lo cultos que somos), etc... El libro entero sería la respuesta a esta pregunta.
- Cómo me ayuda el haiku a ver la perfección del instante presente?
Oliendo, viendo, sintiendo, oyendo, comprobando cómo los sentidos se entrelazan para sostener entre todos una sola impresión... ¡Lo simple y lo perfecto que es el mundo!
- En la cultura occidental nos cuesta vivir en el presente (sin el peso del pasado y los proyectos de futuro) y mucho más sentir la satisfacción o la perfección del momento presente. La práctica del haiku (leerlos o escribirlos), ¿puede ayudarnos a estar más presentes y satisfech@s? Cómo?
Mostrándote lo poco que necesitas para estar satisfecho.
- Qué puedo hacer para abrirme a esta percepción? Como aprender a “emborracharme de ahora mismo”?
La primera condición es el agradecimiento; a todo lo que te ha traído hasta el momento presente siendo tal como eres. La segunda, la cortesía; cortesía con todo lo que te rodea.
- Si el haiku trata de aware, de estar presente, y al mismo tiempo de la extinción del yo, quién o qué está presente?
Lo que está presente no es un yo sino un afinadísimo instrumento que percibe lo que le rodea. Se trata de vaciarse para reflejar lo que hay ahí fuera y se llama mundo.
- Por qué es tan importante la extinción del yo (en el haiku y en la vida)? Cómo se consigue?
Siguiendo un camino espiritual con rigor. Puede ser el haiku o cualquier otro de los que hace siglos hemos comprobado que funcionan para extinguir el yo. Un camino espiritual seguido con rigor siempre implica una gran auto exigencia y, a menudo, pasa por encontrar un maestro. No es imprescindible pero te ayuda a no estar perdido ni desconsolado. Más que conocimiento un maestro te da consuelo.
AWARE
Vicente Haya
Vicente Haya, el mayor experto en haikus de lengua castellana,
con 17 libros publicados en nuestro país, acomete
(desde su celda del Templo Kôfukuji en Nagasaki)
la tarea de explicar en un solo libro
todo lo que hay que saber sobre haiku.
Haiku-dô: El haiku como camino espiritual
Vicente Haya
Tras una meticulosa indagación en estos setenta ejemplos paradigmáticos de haikus de difícil comprensión, queda de manifiesto que el haiku japonés siempre fue una Vía espiritual (dô), un modo de entrenamiento del “yo”, un proceso de despertar de los sentidos, de atención, de naturalidad, de autenticidad, de paciencia, de desprendimiento, de extinción de la vanidad… y hasta del “yo”. Los maestros de haiku nos enseñan que el poeta debe eliminarse de su poesía para que sus versos capten la esencia dinámica de la realidad.
Fuentes:
https://grego.es/?p=5000
http://crecejoven.com/espiritualidad--el-haiku
https://collections.mfa.org/objects/232660
La Mujer en el Haiku Clásico Japonés
El artículo con los haikus de las haijinas clásicas compilados por Alfredo Lavegne está bloqueado, algunas de las fotos, haikus e información adicional de las autoras clásicas son aportaciones de la investigación y estudio de la autora de este blog.
Gracias Alfredo por tu buen hacer en esta selección de haikus de mujeres haijin sumamente difícil de encontrar.
-Xaro Ortolá
(1724 - 1770)
Kawai Chigetsu (1632-1718)
Sola en la cama
Escucho un mosquito
Revoloteando una triste melodía
Vienen los niños -
me sacan de la cama
y los años se van.
Para mi trabajo
En el fregadero
El canto del uguisu
Visité su tumba en Kiso.
De abrir la puerta mostraría al Buda
Brote de flores
Señalan con la mano -
En puntillas los niños
la luna admiran.
- Adaptación al castellano, compilación y selección de: Alfredo Lavergne
*
En el estanque
los nuevos renacuajos
en agua tibia.
Saltamontes
cantando en las mangas
de un espantapájaros.
Gatos haciendo el amor en el templo
La gente culparía a un hombre y una mujer
por aparearse en tal lugar.
Señalando con el dedo
con los pies de puntillas
los niños admiran la luna.
Una ráfaga de invierno
sin color para mostrar
sin hojas para rasgar.
Los saltamontes
gorgojean en las mangas
de un espantapájaros.
Sola en la cama
oigo un mosquito macho zumbando
una melodía triste.
Los nietos vienen
y me sacan de la cama
los años se van.
Un brote de bambú
escapando de su vaina.
¡Un guerrero en armas!
Las azaleas en el acantilado
miran el reflejo en el lago
del atardecer.
Yo sé incluso sé
lo que no soy tristeza
en una tarde otoñal.
Esta luna
si hubiera otra
habría una lucha.
Envejezco
incluso las flores
en su esplendor.
Hasta el mediodía
no sentí especial ansia
el hototogisu.
Visité su tumba en Kiso:
al abrir la puerta, mostraría al Budha
flores brotando.
Flores de arroz
estas también,
el regalo de Buda.
- https://akifrases.com/autor/kawai-chigetsu
Den Sute-jo (1633-1698)
Discípula de Basho.
En el agua
teme a su reflejo
la luciérnaga.
Mañana nevada.
Por todas partes
huellas de zuecos.
Verano.
A través de la nubes
hay un atajo a la luna.
Ni una sola hoja
No duerme ni la luna
En este sauce
- Adaptación al castellano, compilación y selección de: Alfredo Lavergne
¡Ah, qué caliente
la piel de una mujer,
la piel que esconde!
Ni una sola hoja,
no duerme ni la luna
en este sauce.
Las luciérnagas
temen su reflejo
en el agua.
A través de las nubes,
hay allí un atajo
¿A la luna de verano?
Lo hace la flor
simplemente enseña al mundo
la lozanía de la cereza.
- https://akifrases.com/autor/den-sute-jo
***
Sono-jo (Shiba Sonome. (1664-1726)
Violeta salvaje.
Incluso antes de florecer
se distingue.
Descontentas
Las violetas han muerto
También las colinas
El niño que cargo
en la espalda juega con mi cabello.
¡Qué calidez!
Tropezando
En una roca
El canto del hototogisu
- Adaptación al castellano, compilación y selección de: Alfredo Lavergne
Ogawa Shushiki (1669-1725)
También conocida como Oaki y Ume Shuhuki
Observen
La contemplación del cerezo
Embriaga.
Despierta
de este sueño
veré el violeta de los iris*
*Poema escrito poco antes de su muerte. La vida es un
sueño, la muerte una nueva y mejor vida. El color violeta
representa la juventud de la mujer.
Chiyo-Ni (Kaga No Chiyo. (1703-1775)
Religiosa budista. Se casó muy joven y quedó viuda
a temprana edad. Sin duda la más conocida
y respetadas de las poetas japonesas.
Los caballos al galope
Huelen sus cuartillas
Un perfume de violetas
Roza
El hilo de la caña de pescar
La luna en verano
Como la nieve
mi pálido reflejo
en el agua.
Todo lo que recogemos
en la playa de marea baja.
Se mueve
Sin niño que se acerque
Las paredes de papel
Están frías
En el llano y la montaña
Todo parece inmóvil
Esta mañana nevada
Si por las mañanas se cierran
las campanillas en flor.
¡Es por el odio de los hombres!
En las lluvias de primavera
Todo las cosas
Son más bellas
La rama en flor del ciruelo
otorga perfume
al que la corta.
Del violeta de las nubes
Al morado de los iris
Se dirige mi pensamiento*
Chiyo-ni, describe la muerte de su joven madre en
el humo delcrematorio y en el color morado del iris,
el reflejo de los suyos en kimonos de verano.
¿La partida de la madre, la familia y lacontinuidad
de la vida?
¡Luciérnagas. Luciérnagas!
Por el río
las tinieblas pasan.
Muchas veces
¡Hototogisu, hototogisu!
y amanece.
Habiendo observado la luna
Parto de esta vida
Con una bendición
El agua se cristaliza
Las luciérnagas se apagan
Nada existe*
*Escrito poco antes de su muerte.
Matsumoto Koyu-Ni (Haijina del siglo XVIII)
Algunos traductores nos la presentan como
Kokju-ni, (1713-1781).
Las flores caídas
Ahora nuestras mentes
Están en paz
Seifu-Ni (Enomoto Seifujo) (1732-1814)
Religiosa
Quietud.
Una mariposa fuera de la lluvia
vaga en mi alcoba.
El bebe
mostrando una flor
abre su boca.
Fin de la primavera.
Entre las medicinales artemisas
las osamentas humanas.
La mariposa es vieja.
Pero mi alma
en los crisantemos juguetea.
Todos duermen.
No queda nada
entre la luna y yo.
El camino estrecho
termina en un campo
de porros.
Tagami Kikusha-Ni (1753-1826)
Religiosa budista.
Deseo partir
Peinada de luna
Bajo el cielo errante
Todo mi cuerpo
En este otoño se siente
Crepúsculo en la lluvia
Tomando el fresco sobre el puente
La luna y yo
Quedamos solas
En mi sombrero
En lejanas montañas
Sonido de hojas
Oku Michihiko (1755-1818)
La luna y la nieve.
A través de la llovizna
la luz de la mañana.
Dos casas
con las puertas abiertas.
Montañas en otoño.
Imaizumi Sogetsu-Ni ( -1804)
Luego del baile
El viento en los pinos
El canto de los insectos
Amanece
la luna y la nieve
de un color.
Akiko Yanakiwara (1878-1942)
Es recreada en el interesante trabajo, “Three Women Poets
of Modern Japan” de Gleen Hughes and Yozan Iwazaki,
University of Washington Book Store, 1932.
El bote se aleja
y forma un camino blanco
mi dolor y su huella.
Más rápido que granizo
y más liviano que pluma
un pensamiento cruzó mi mente.
Vivo el espejismo de estar contigo
y así camino
bajo la luna por un bosque en flor.
Abe Mirodijo (1886-1980)
Por el cañaveral marchito
Oscurecidas por las nubes
El agua duerme
El insecto
Luego de invernar
Como infante trabaja sus patas
Mariposa de otoño.
Me dejaste sola
entre los montes.
Sugita Hisajo (1890-1946)
De pureza blanca
arquean sus pétalos
los crisantemos de luna.
La luna cala
entre mi ropa
hasta mi piel.
Indómito hototogisu.
Pasas haciendo ecos
a tu antojo.
Huyemaruko Shizuku (1898-1992)
Soledad.
Las nubes en el pico de la montaña
Y el saltamontes salta en el valle.
Hashimoto Takako (1899-1963)
Bajo la viva luna
duermo
con un moribundo.
Después de mis lágrimas
La plenitud
De mi soplo blanco
Hortensia.
La carta de ayer
se volvió noticia vieja.
Ráfaga de nieve.
En sus brazos
sofoco.
Mitsuhashi Takajo (1899-1972)
Adiós.
Más allá de la neblina
una niebla más profunda
Sobre un trineo sin luz
A la caída del día
En la llanura nevada
El granizo.
Un pájaro de fuego
en su boca.
La mujer en el haiku del SIGLO XX
NAKAMURA TEIJO
Fundó la revista Kazahama. Es la poeta
tradicionalista, respetuosa del kigo y “saijikis”.
La flor de loto
Su hojas y las marchitas
Flotando en el agua
Este hombre
Bajo un cerezo en flor
Estaba al fresco
Al arrozal en primavera
La mujer afuera
Mirando serenamente
Noche fría.
Si cubro mi hija
se me arrima.
HOSHINO TATSUKO
Tatsuko, fundó una revista de haiku exclusiva para
mujeres y colaboró en la prestigiosa Hototogisu.
Blancos los rostros
Que observan
El arco iris.
Generoso verdor
El plato en verano.
Tanta verdura.
La Mujer en el Haiku Japonés Contemporáneo
SUZUKI MASAJO
Noche de escarcha.
¿Cómo dormir
si el mar no duerme?
El color de fuego
Incendia nuestra casa
El crepúsculo
He robado un hombre
Nada de valor
Enrolló la persiana
Consolándome una vez más
En la nieve primaveral
Hablando conmigo mismo
TAKAGI HARUKO
¡Ser un oso
invernando
al fondo de su cueva!
NOZAWA SETSUKO
Otoño en las montañas.
Tantas estrellas
y tantos lejanos antepasados.
La primera nevada
Comienza en la oscuridad
Termina en la oscuridad
IIJIMA HARUKO
El lirio de la montaña.
Su polen sube
y empapa mis senos.
KUBOTA KEIKO
Cielo nevado.
Yo no conocí mi padre
en su cincuentena.
KAKIMOTO TAE
Hija de sacerdote budista.
Una mariposa de invierno cerca de mí
La gran campana del templo
Se mueve lentamente
Un ruido
Cavan una fosa
Detrás de las camelias
Una bandera roja
en un callejón de Nara
y la luna del día.
Levantando la cortina
del verano que termina.
No veo nada
Rodeada de crisantemos
Paso la mano por mis mejillas
Que son ásperas
SAITO UMEKO
En mi palma
no hay nada.
Relámpagos en la noche
NAGASHIMA YASUKO
En el plato de vidrio
el tintineo de las espinas del pescado.
Una familia común
HIRAMATSU YOSHIKO
Cortando la paja
Bajo estrellas marchitas
Mi guadaña golpea una tumba
FUYUNO NIJI
Fiesta de primavera.
Desde el fondo del agua
las plantas me llaman.
Aún sin nombre
Entonces esta hamaca
Es lisa y resbalosa
Pavo blanco
Fiebre
Cuando me levanto al amanecer
La primavera reflexiona.
Los brazos cruzados
en la velocidad de raíces amargas.
En el cuarto oscuro de las fotos
dejo una postal
con un ciruelo en flor.
Ante el mar agitado
la cuerda a saltar
abre un vacío.
De paso
tomo para mí
la luz del narciso.
.
Adaptación al castellano compilación y selección de:
Alfredo Lavergne