Cielo nublado
El chocar de las olas
en la escollera
Alzan el vuelo;
negras como los cuervos
sus propias sombras
Regreso al pueblo;
en silencio los ánades
yendo hacia el mar
Sin trinos...
pero qué vivarachos
Sol invernal
Frío amanecer
Cuanto la vista alcanza...
ni un solo barco
Rumor de acequia
Del viejo tocón se alza
un peregrino
Un pajarillo
se posa en la baranda;
en él mis ojos
Fría mañana
El gesto huidizo de un perro
frente a la casa
No llega lejos
el vuelo de una garza
Cañaverales
En la penumbra
una anciana vacila
si dar un paso
Regresa del campo;
pegados a la azada
restos de tierra
Luna creciente
Las huellas en el huerto
ya se han secado
Bancal de almendros;
pedacitos de cáscaras
sobre una piedra
El eco de un chiflo
a las afueras del pueblo
Sol de primavera
Sólo un momento
el olor de ese pino
Paseo en bici
En el silencio
que antecede a la Misa,
ríe una niña
Paseo nocturno
El canto de un grillo…
el olor de azahar
Sombra de nube
Un mirlo corretea
entre naranjos
Trina el jilguero
Se disipa la niebla
de madrugada
Parecía muerto
al sacarlo del agua...
Un saltamontes
Oscureciendo...
de la cornisa va y viene
la golondrina
Atardecer
El sonido de los grillos
en la distancia
Patio vecino
A mediodía, el canto
de codorniz
Muy pequeña...
en la flor de lavanda,
una mariposa
Rumor de fuente
Una muda de cigarra
en el nogal
Jardín de estío;
la libélula regresa
al mismo pétalo
La espiguilla
en el cordón de la bota
del jardinero
Hierba cortada;
se desliza la sombra
de una libélula
Mata de salvia;
mordida por insectos,
dos o tres hojas
Mediodía
Sobresalen del muro
cinco limones
Un camposanto
El canto solitario
de una cigarra
A veces
al escribir con lápiz,
la letra de mi padre...
Sueño agitado
Al fondo de la noche
ladran los perros
Noche de agosto
Al regar el césped...
vuelo de polillas
Chopos de la ribera
El color púrpura
del horizonte
Las gaviotas
vuelan tierra adentro;
el mar en calma
Cipreses del cementerio,
uno de ellos
se ha secado
Sol de mediodía;
en el lindero del huerto
una Mobilette
Fuera…
el sonido de la cascada
Noche de estío
En el jardín
babosas y lombrices,
también la lluvia...
Luna creciente
El olor de la noche
al salir de casa
Inundación,
en mitad del desastre
bebe una vaca
Perro chico,
ladra y corre
tras un ciclista
Por un instante...
el parecido del padre
en un extraño
Arrozales
Bandada de gaviotas
tras un tractor
Rompeolas
Del color de la tierra
el agua del mar
También otoño
tiene ramas en flor...
La voz de un niño
Sol de la tarde,
resplandor de palomas
en pleno vuelo
Espantapájaros
tumbado en un lindero...
al solecito
Viento frío...
La luna otra vez
al descubierto
Casa de campo
Un camino que lleva
hasta la fuente
Las estrellas
y sus nombres...
El canto de los grillos
Entre los huertos,
el relumbrar del agua
en las acequias
Arrebol matutino
La tranquilizadora
quietud del mar...
Noche de luna
velada por las nubes...
Tomar las uvas
Gracias Barlo
ResponderEliminarUn abrazo
Si, gracias... y a ti Xaro, por recopilar sus haikus.
ResponderEliminar_/\_
Un abrazo Gorka
EliminarTiene razón Gorka, gracias a ti, Xaro La. Un blog que dedicas en amplitud y profundidad al mundo del haiku y a sus creadores, denota, respecto a otros blogs semejantes, mucho más que mera generosidad con tus hermanos de camino...; tu dedicación y empeño significa que posees un alma abierta y un corazón que percibe el significado del haiku.
ResponderEliminarUn beso,
JL. Vicent
Muchas gracias, por tan amables y generosas palabras
EliminarUn abrazo JL
Vicent:
ResponderEliminar"Quien volviendo a hacer el camino viejo aprende el nuevo, puede considerarse un maestro."(Confucio)
¡Tu lo has logrado!
Gracias Lilí
EliminarGassho Maestro JL
¿Cómo contactar contigo?
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