Pisadas,
y el temblar de la espuma
al viento frío.
Si no me encuentras,
búscame en tus pisadas
junto a la espuma.
Mediado el día,
la sombra de una flor
crece en el muro…
Flota serena
al final del camino;
la hoja seca.
De uno a otro cuarto,
el aroma dulzón
del aligustre.
Estiaje.
Entre los juncos, lentas
pasan las nubes.
Final del día,
las voces de las olas
suenan más fuertes.
Atardecer,
todo el cielo en el charco
y el sol más rojo.
Bajamar,
sobre la vieja maroma
las algas verdes.
Atardecer marino,
con luz cálida
prende la farola.
Fuerte poniente,
va arrancando a la espuma
retazos blancos
Una tras otra,
la espuma va llenando
todas las huellas.
Sol implacable,
a la umbría de la zarza
nada el galápago.
(Últimas luces)
Un intenso naranja
cubre los cuerpos.
Luz del alba en sus plumas,
las gaviotas van al mar.
Arena fría,
en las huellas del perro
crecen las sombras.
Por fin escampa,
una gota ilumina
a cada fruto.
Una ola o dos …
Aquel vaso de plástico
la mar se lleva.
Marea baja,
en la arena que piso
nadie ha pisado.
Agua y espuma,
un “poquito” de mar
queda en la concha.
Manuel Hontoria
Manuel Hontoria -Manuel- (Sevilla)
Muchas gracias Manuel
ResponderEliminarUn abrazo
Una delicia leer de tirón este puñado de haikus, con olor y sabor a mar en muchos de los casos.
ResponderEliminarGracias Manuel!
Gracias por traerlo Xaro!