sábado, 28 de enero de 2017

Îo Sôgi (Soogi 宗祇 1421-1502)





Îo Sôgi (Soogi 宗祇 1421-1502)



Sogi 宗祇 fue poeta japonés y un monje Zen del templo de Shokokuji en Kioto, Japón; estudio poesía, sobre todo la llamada renga (estilo de composición poética tradicional japonesa donde ren significaba "ligar una secuencia" y ga, quiere decir, poema, y en conjunto canciones o poemas encadenados), en el cual se lo considera el mejor.
Este poeta maravilloso dejó un inmenso legado (antologías, diarios, críticas poéticas y manuales entre otros).



Sōgi escribiendo un pareado a un fantasma.
Dibujo de Tsukioka Yoshitoshi 月岡 芳年 



Sogi nació de una familia humilde de la provincia de Kii o de Ōmi; se hizo monje del templo Shokokuji en Kioto y estudió poesía, especializándose en la poesía renga. A sus 30 años se convirtió en un profesional del renga. Al llegar la era Sengoku visitó varias ciudades de Japón y conoció a personas importantes tales como patrones, otros poetas y sus dos discípulos. Luego de su periplo, regresó a Kioto.

Al principio si aparecen en los poemas la nieve, o las flores del cerezo su mención es de pasada ya que no formaba parte integral del dinamismo del poema. Soogi hace una lista de objetos naturales y los agrupa por meses, afinando el sentido de estación, y nos ofrece una determinación mayor.
Él mismo nos dice que “aún entre las cosas de primavera en general, podemos contar cosas que pertenecen sólo a enero, febrero”.
La siguiente lista es un gran ejemplo:

Enero: escarcha, sauce, ruiseñor, alondra.
Febrero: arar los campos de trigo (también marzo), vientos del este (hasta marzo).
Marzo: melocotón.
Abril: cambio de indumentaria.
Mayo: flor de lis.
(Esta lista es un precedente de los calendarios de temas de estación)


Es considerado el mejor exponente del renga, con la elaboración de dos poemas llamados "Tres poetas en Minase" y "Tres poetas en Yuyama". Sus escritos fueron hechos a partir de estrofas cortas, y formaron un solo poema con varios cambios de humor y dirección. Sōgi escribió más de 90 obras (antologías, diarios, críticas poéticas, manuales, etc.). Antes de su muerte, en 1499 escribió sus memorias.


*


日没は、窓が雨で夜の秋ですされていません。

No es que atardezca, 
es que la lluvia es noche: 
otoño en la ventana


*

miru hito no
tabi o shi omoe
kakitsubata

Lirios, pensad
que se halla de viaje
el que os mira.

(Trad. Antonio Cabezas)

-

miru hito no
tabi o shi omoe

kakitsubata

¡Flores de iris,
pensad en el viaje
de quienes os contemplan...!

(Trad. Fernando Rodríguez Izquierdo)


*


tsuki otsuru
asashio hayashi
natsu no umi

Cae la luna,
rápida es la marea:
alba de estío.

(Trad. Fernando Rodríguez Izquierdo)


*

yo no ame o
kesa furi-kakusu
konoha kana

Lluvia de anoche,
cubierta esta mañana
por la hojarasca.

(Trad. Antonio Cabezas)


*

 Qué larga espera 
para caer tan pronto 
 flor del cerezo.   


             *              
                              
¿Habrá escampado
la llovizna de mayo?
murmura el agua.


*

Que ya es verano,
no le digas tormenta
a los cerezos.


*

tsuki otsuru 
asashio hayashi 
natsu no umi

Muere la luna,
brisa leve del alba
mar en verano

(Trad, José María Bermejo)


*

Incluso en la tierra
cualquier cosa que viva
sufrirá.


*

Llueve en toda la tierra
Pero más
En mi morada.


*





Todo lo que era
a desaparecido de mi viejo corazón.
No dejo rastro.


*




Fuente:
https://es.wikipedia.org/wiki/S%C5%8Dgi
http://www.tiempo.com/ram/numero7/pdf/haiku.pdf
http://www.elrincondelhaiku.org/pub_int_haikucam06.php
http://www.geocities.ws/bosque_de_bambu/archivos/poetasmenores/siglo15/soogi.html
https://www.feandalucia.ccoo.es/docu/p5sd6800.pdf
http://www.playgroundmag.net/cultura/books/haikus-frio_0_1850814923.html
https://eltallerbreve.wordpress.com/about/


viernes, 20 de enero de 2017

Una entrevista a Vicente Haya





El profesor Vicente Haya Segovia




-¿Por qué escribir haikus hoy?

Hoy, como ayer, el ser humano está necesitado de enraizarse en el mundo, de atender a lo que sucede, de registrarlo todo. Somos los que ambicionan hacerse con los instantes. El haiku es un medio tremendamente efectivo para pulir nuestras inconsistencias, para abrir sitio a lo sagrado en nosotros, para adiestrarnos en la Ví­a.

-Hay quienes afirman que no se puede escribir haikus si no se es japonés…

Sólo un ignorante podría afirmar tal cosa. Nosotros no tenemos menos corazón que los japoneses ni menor necesidad de educarlo. Lo que es cierto es que no se puede escribir haikus sin saber lo que es el haiku.
El haiku es un arte japonés, esto quiere decir que para comprenderlo hay que sumergirse en un modo concreto de sensibilidad. Pero, una vez que nos hemos impregnado de esa forma japonesa de estar en el mundo, es válido todo aquello de nosotros que ha sobrevivido a la experiencia.
El haiku evoluciona porque no es un arte de museo, y una de sus posibles evoluciones le vendrá de la mano de los occidentales que hayan llegado a calar hondo en él.

-Pero, ¿se puede extrapolar la espiritualidad japonesa al mundo occidental?

No se trata de implantar en España la “espiritualidad japonesa”, sino un modo específico de acercarse a lo sagrado, inventado en Japón, cierto, pero no por eso menos universal. Lo sagrado, si es real, no tiene adjetivo. No es “lo sagrado oriental” o “lo sagrado semita”. O es sagrado y entonces es universal, o no es ninguna de las dos cosas, ni sagrado ni universal. He dicho que el haiku era un arte japonés y que hay que sumergirse en la cultura de la que nace, como el flamenco es un arte andaluz y no puede llegarse a la entraña ajeno al lugar que da origen a esa sensibilidad. Pero eso no quiere decir que los japoneses tengan el monopolio del acceso a lo sagrado, ni siquiera a través del haiku. Más al contrario, la sociedad japonesa está muy desorientada respecto al valor de su mundo tradicional, al tiempo que nosotros cada vez más estamos haciendo un haiku limpio y humilde, como el de Buson.



Yosa Buson 与謝蕪村 
(1716-1784) 



Usted defiende un concepto de haiku japonés. ¿No son válidas otras formas de acceder a esta manifestación poética?

No. El haiku es lo que es. El haiku no es senryu», no es zappai. A veces en Occidente se habla de haiku cuando de lo que se debería hablar es de alguno de esos otros dos géneros. Sólo hay un camino. Como 
dí­ría Santôka: Kono michi shika nai. Queremos abrir nuevas vías al haiku antes de saber lo mínimo sobre qué es el haiku. Tenemos prisa y carecemos de cortesía. Así no vamos a ninguna parte.

-¿Qué le parece el haiku urbano?

Este subgénero no existe en Japón. Se habla de “haiku contemporáneo” y se presupone que hay dentro de él un espacio posible para todo lo que es actual. He oído expertos japoneses argumentando que el coche del siglo XX es el carro del XVIII, y que por qué uno merecería entrar en el haiku y otro no. Yo creo que el asunto es si queremos conservar de nuestro mundo los coches, los edificios, los postes eléctricos, el béisbol…, El haiku no es sólo lo que plasma un mundo, sino que también el mundo que quieres plasmar. No es sólo la realidad que te circunda, sino la realidad que quieres preservar. Y es imposible que te emocione, que tengas aware por algo cuya perpetuación no deseas. El haiku no sólo da fe de tu mundo sino que a veces te obliga a cambiarlo por otro, o a huir de él y buscar otro hábitat donde la experiencia espiritual te sea más posible. No niego que existen “haikus urbanos” de una gran calidad y capacidad de emoción, pero hay que tener cuidado con que no sea un consuelo para gentes con una sensibilidad abotargada, cobardes que temen entregarse a la Naturaleza.

-¿Se puede enseñar a escribir haikus?

Sí­. El haiku es una técnica. Y, como todas las técnicas, precisa estudio. Los grandes maestros de haiku pulían sus haikus durante años y comentaban entre ellos cómo perfeccionarlos. 
El haiku no es instinto, es elaboración. Pero sólo técnica empleada por alguien sin sensibilidad, o por alguien vanidoso, se nota en seguida si lo que hace es un haiku. Lo que no puede la técnica es anticipar estadios espirituales que aún no has logrado. No puedes fingir estar donde no estás por más técnica que tengas. Porque el haiku no engaña. Es transparente. Para eso tiene la falta de recursos literarios que tiene; para que todo se note más.



"Gente bajo los árboles de arce"
Pintura de Hiroshige 
(1797-1858)



-¿Qué le parece la relación entre el haiku y las artes plásticas como la pintura o la fotografí­a?

De esto he hablado ya mucho en Haiku-do (Kairos) y El corazón del haiku (Mandala).

-¿Hay un renacimiento del haiku en español?

Desde hace unos diez años, gracias a páginas web como El rincón del haiku, se ha producido en castellano una auténtica escuela de haiku. Es algo emocionante ver cómo los esfuerzos no caen en saco roto, y hasta qué punto los que comienzan a escribir haikus se están dejando guiar por su sinceridad y su fino olfato. Desde luego que hay los típicos tertulianos de salón, con mucho tiempo libre y demasiada vanidad para reconocer que se han inventado el haiku y se han autoconstituido en maestros antes de haber puesto un pie en Japón, gente que no han encontrado cabida en la literatura occidental y quieren ser maestros en cualquier otro mundo que no les exija tener ningún talento literario. Y se aprovechan de que el haiku ha sido durante décadas tierra de nadie. Pero actualmente es ya difícil engañar a las almas cándidas que se acercan al haiku sobre quién sabe y quién no sabe. Estos “falsos maestros” son ya una excepción y están en vías de extinción.

¿Qué le parece la situación actual del haiku en español?

Hay que trabajar más. Todavía falta mucho. Estamos en la prehistoria. Pero en la prehistoria que ya ha inventado el fuego y la rueda. Es cierto que podría haber cientos o miles de buenos escritores de haiku, con el tiempo que hace que teóricamente se conoce el haiku en España e Iberoamérica. Y no los hay. Pero al menos hay una docena de buenos escritores de haiku en castellano. Estos serán maestros de los que vengan después. Lo importante ahora es poner orden. Esto ha sido hasta ahora un crecimiento tumoral: hay que cortar, sanear y establecer las condiciones de una vida saludable en el cuerpo místico del haiku para que el paciente viva mucho tiempo y siga viajando de aquí para allá. Porque el haiku es viajero y le gusta expandirse, pero con disciplina. Sin orden, no hay haiku.


"Zorro en las cañas"
Pint. de Koson Ohara 小原 古邨 
(1877-1945) 


¿Puede innovar el haiku en occidente? ¿En qué dirección habría que ir?

No puede hacer evolucionar el haiku quien no sabe qué es el haiku. La única propuesta seria de futuro es la que parte del presente, ese es el problema de muchos autores occidentales de haikus. Que sin haber llegado al haiku actual con todos sus matices, sin conocer apenas la historia del haiku y de sus protagonistas, ya pretenden estar innovando. No basta con haber leído un haiku que hable de rascacielos o de béisbol para proponer algo que sirva al haiku de punto de evolución. El haiku tiene su propia historia y hay que recorrerla para llegar al presente y atisbar desde el presente el horizonte. Ni siquiera estudiando a fondo a autores actuales como Santôka podemos situarnos en la perspectiva del horizonte. Hay también que estudiar qué se ha hecho, qué ha tenido éxito y qué ha fracasado en el pasado. Es como si pretendiéramos pintar sólo conociendo a Picasso.
La única dirección que puede tomar una propuesta futura de la evolución del haiku es la de una mejor captación de lo real ahí fuera. Y la única fórmula, siempre la misma, en Buson, en Santôka o en Seishi, es una mayor intimidad con el mundo.



 Monje Taneda Santôka 
(1882-1940)



-Una vez que se han aprendido todos los procedimientos, todas las técnicas, todas las características, ¿no habrí­a que desnudarse y acceder al haiku desde la inocencia, desde la pureza?

Sí. Efectivamente. Pero ¿cuántos occidentales podrían decir que “han aprendido todos los procedimientos, todas las técnicas, todas las características”? Yo no conozco a ninguno. Ni siquiera Blyth o Seiffert. 
Hay que haber leído cientos de miles de haikus para desarrollar el haimi (sabor a haiku). No perdamos de vista que la producción anual de haikus es de un millón de haikus bastante notables. Es una fertilidad tal que ni siquiera desde Japón y familiarizado con la herramienta del japonés se puede abarcar. ¿Quién en Occidente, habiendo leí­do ciento cincuenta haikus de Bashô o Shiki, doscientos haikus de Buson, trescientos de Issa o Santôka, cien de Ryokan y pare usted de contar, quién puede decir que ya conoce el haiku japonés? 
Probablemente al idioma castellano no se hayan vertido ni siquiera un millar de haikus japoneses… No, hace falta humildad para estar toda la vida aprendiendo. Nuestros haikus no deben tener otra pretensión que ser la palabra que acompañó nuestra ignorancia. La palabra de un caminante que no sabe dónde está su meta… Fertilidad salvaje del haiku. 
El haiku es una selva que no se termina nunca de recorrer, en extensión, en profundidad… Cuando has acabado la selva de fuera te queda la selva de dentro. Las reglas del haiku, como las de la selva, son sólo reglas para tu supervivencia. No son límites en el sentido de algo que te aliene, sino límites que te hacen posible



"Nieve en el templo de Zojo"
Pintura de Hasui Kawase 川瀬 巴水
(1883-1957)





Fuente:
http://www.motomachicakeblog.com




Juan Carlos Moreno, HAIBUN LLUVIA DISTINTA



El Haijin Juan Carlos Moreno 



LLUVIA DISTINTA

El sol entra por la ventana del despacho, mi mirada, toda la tarde perdida en el horizonte, se detiene en los troncos y copas de los olmos del jardín. Hoy, como en otros días de abril, puede verse una especie de lluvia seca, una lluvia que cae, hayan nubes o no y que se recrudece en los días de buen tiempo: Llueven semillas de olmo. La acción del viento de poniente sobre las ramas de los árboles hace caer esta lluvia de abril, distinta.



media tarde 
las semillas del olmo 
caen sobre las sombras 



En lo más alto de los árboles, en las copas, suena un rumor de viento. A veces llegan a casi juntarse los olmos. De repente, con un fortísimo estruendo, arrancan los motores de los reactores de la base, cercana. Uno acaba acostumbrándose. Lo más curioso es, que, cuando suena ese infernal escándalo, la actitud de los animales del jardín es de indiferencia, no interrumpen sus quehaceres naturales. Parece que el jardín, fuera un microcosmos verde, instalado junto al despacho y aislado de lo que le rodea.

Las ardillas se mueven a sus anchas, los mirlos van dando saltitos por las sombras de los pinos y olmos. Desde mi silla, puedo ver un acebo, que en estas fechas no tiene fruto. Tampoco el rosal de la izquierda tiene rosas, todavía.

Poco a poco las sombras se alargan y la tarde va cayendo

en el escaramujo 
sacude sus plumas 
un gorrioncillo 

Este lugar es casi mágico, sobre todo, al caer la noche, como ahora mismo, el sol se acaba de poner en su rincón de primavera, mientras los álamos, de la carretera, curvan sus copas hacia levante por la acción de uno de los último vientos de la tarde. Anochece, las farolas se han encendido. Noto el silencio que entra por la ventana, ya no se oyen cantar los pajarillos, sólo el rumor del aire sobre las copas, a ráfagas, pero más suavemente

anochece 
el silencio llega 
con el ocaso 


-Juan Carlos Moreno
 (10/May/2010)
(Ultima edición por Juan Carlos Moreno el 02/Feb/2011) 





Fuente:
http://elrincondelhaiku.org