jueves, 24 de enero de 2013

Reiji Nagakawa



Reiji Nagakawa  (Yonago, 1928 – Tokio, 22 de abril de 2000)

 Fue un traductor, escritor y erudito japonés.
Vivió gran parte de su vida en Sevilla, donde fundó, junto a Francisco García Tortosa (traductor de James Joyce al castellano) el área de japonés en el Instituto de Idiomas de la Universidad Hispalense.

Biografía


Durante la Segunda Guerra Mundial sirvió al Ejército Imperial Japonés.
Con 13 años, fue obligado a estudiar ruso, aficionándose así a la literatura.
Durante su época de estudiante, fue compañero del premio Nobel japonés Kenzaburō Ōe.
En 1945 estuvo a punto de convertirse en piloto kamikaze, pero la guerra terminó antes de que él ingresara en la academia militar. No obstante, su familia vivió de cerca los efectos de la bomba atómica de Hiroshima.
Terminada la guerra, se convirtió al pacifismo y criticó los nacionalismos extremos.
Dentro del ámbito académico japonés se le impuso el mote de "el Cristo coreano" por su defensa de éstos. Su postura política le hizo renunciar a una cátedra en Literatura Inglesa en la Universidad Nacional de Tokio.

A finales de los años sesenta emigró a Inglaterra, donde fue profesor durante una temporada en la Universidad de Cambridge.
Poco después viajaría a España, quedándose definitivamente en la ciudad de Sevilla.
Allí conoció a numerosos profesores y artistas sevillanos como:
Fernando Rodríguez-Izquierdo Gávala, 
Francisco García Tortosa,
José María Cabeza Laínez, 
Pablo del Barco 
Vicente Haya Segovia. 

Entre 1988 y 1992 se convirtió en el primer profesor de japonés de la Universidad Hispalense.
Entre sus traducciones, están
la versión japonesa del Ulises de James Joyce junto a Maruya Saiichi y Takamatsu Yuuichi, y de
las obras de William Shakespeare, John Dos Passos y Vidiadhar Surajprasad Naipaul. Es también autor de Kotoba no Seijigaku ("Las políticas de la lengua", 1979) y Andalucia Fudoki ("Historia antigua de Andalucía", 1999).
Colaboró también en los filmes Madre in Japan y El museo japonés.
En 1999 decidió volver a Japón, donde fue invitado por la Universidad de Kitakyushu.
Enfermó durante un viaje a Corea, y posteriormente le sorprendió un infarto cerebral, muriendo el 22 de abril del año 2000.





                                                                    Reiji Nagakawa


"No me arrepiento de nada. 
No quiero escribir mucho y ser famoso. 
Sólo escribir los libros que yo querría leer sobre cosas misteriosas para mí"
         


Nagakawa

Experto en literatura inglesa y especializado en William Shakespeare, se afincó en Sevilla en 1970 para tratar de entender desde la ciudad andaluza la sociedad europea de los siglos XVI y XVII, y la obsesión de los escritores británicos de entonces con los imperios de España y Portugal.
Antes de asentarse en España el intelectual japonés, enseñó literatura inglesa en las universidades japonesas de Tokio y Toritsu, pero abandonó su carrera académica para volcarse en la investigación por libre en las bibliotecas y archivos de toda Europa. Enamorado de Sevilla y del barrio de Triana, donde residía, fue invitado a fines de los ochenta por Paco Tortosa, entonces jefe del departamento de Filología Inglesa de la Universidad Hispalense, a enseñar japonés en su Instituto de Idiomas, donde ejerció la docencia seis años más. Aunque nunca escribió en español pese a dominar esta lengua, Nagakawa fue autor de dos libros, uno sobre política lingüística, Seiji no Kotoba, de 1979, y su Historia de Andalucía (Iwanami, 1999), que abarcaba desde los orígenes de las primeras civilizaciones andaluzas hasta el comienzo del viaje de Cristóbal Colón a América desde el puerto de Palos el 3 de agosto de 1492.

"No me arrepiento de nada. No quiero escribir mucho y ser famoso. Sólo escribir los libros que yo querría leer sobre cosas misteriosas para mí", dijo el escritor hace un par de semanas.
Cronista de varios diarios japoneses durante la transición española, Nagakawa fue un viajero incansable y gran aficionado al montañismo, que practicó durante años en los Pirineos.
Una de las razones del marcado carácter antinacionalista del escritor y de su marcha a Europa a fines de los sesenta fue el desengaño que sufrió de joven, cuando estudiaba en una escuela militar, por la rendición de Japón el 15 de agosto de 1945. "Una vez quise morir por el Emperador (de Japón) y luchar contra McArthur hasta morir. Después ya no me fiaba de las ideologías", declaró Nagakawa.

El último año de su vida lo pasó en la localidad de Kitakyushu, en el sur de Japón, como profesor invitado por la universidad local, en la que impartió lecciones de historia hasta febrero.
La traducción más famosa de Nagakawa fue la que hizo del inglés al japonés del Ulysses de James Joyce, que realizó junto a sus amigos de la infancia Saiichi Maruya y Yuiichi Takamatsu.
A finales de mayo tenía previsto regresar a España y seguir trabajando en varias traducciones y proyectos históricos en su casa de Sevilla.-


El historiador y traductor japonés Reiji Nagakawa, autor de la más reciente historia de Andalucía publicada en japonés, falleció a los 73 años de un infarto de miocardio en Tokio, confirmaron  sus familiares.



Fuente:
Wikipedia
http://es.wikipedia.org/wiki/Reiji_Nagakawa
El País - Archivo
http://elpais.com/diario/2000/05/01/agenda/957132001_850215.html



viernes, 4 de enero de 2013

Haikus de José Luis Vicent (Barlo) 2012


Cielo nublado 
El chocar de las olas 
en la escollera 


Alzan el vuelo; 
negras como los cuervos 
sus propias sombras 


Regreso al pueblo;
en silencio los ánades
yendo hacia el mar


Sin trinos... 
pero qué vivarachos 
Sol invernal 


Frío amanecer
Cuanto la vista alcanza...
ni un solo barco


Rumor de acequia
Del viejo tocón se alza
un peregrino


Un pajarillo
se posa en la baranda;
en él mis ojos


Fría mañana
El gesto huidizo de un perro
frente a la casa


No llega lejos
el vuelo de una garza
Cañaverales


En la penumbra
una anciana vacila
si dar un paso


Regresa del campo;
pegados a la azada
restos de tierra


Luna creciente 
Las huellas en el huerto 
ya se han secado


Bancal de almendros; 
pedacitos de cáscaras 
sobre una piedra


El eco de un chiflo
a las afueras del pueblo
Sol de primavera


Sólo un momento 
el olor de ese pino 
Paseo en bici


En el silencio 
que antecede a la Misa, 
ríe una niña


Paseo nocturno 
El canto de un grillo…
el olor de azahar


Sombra de nube
Un mirlo corretea
entre naranjos


Trina el jilguero
Se disipa la niebla
de madrugada


Parecía muerto 
al sacarlo del agua... 
Un saltamontes


Oscureciendo...
de la cornisa va y viene 
la golondrina


Atardecer
El sonido de los grillos
en la distancia


Patio vecino
A mediodía, el canto 
de codorniz


Muy pequeña...
en la flor de lavanda,
una mariposa


Rumor de fuente 
Una muda de cigarra 
en el nogal


Jardín de estío;
la libélula regresa
al mismo pétalo


La espiguilla
en el cordón de la bota
del jardinero


Hierba cortada; 
se desliza la sombra 
de una libélula


Mata de salvia; 
mordida por insectos, 
dos o tres hojas 


Mediodía
Sobresalen del muro
cinco limones


Un camposanto
El canto solitario
de una cigarra


A veces
al escribir con lápiz,
la letra de mi padre...


Sueño agitado
Al fondo de la noche
ladran los perros


Noche de agosto
Al regar el césped...
vuelo de polillas


Chopos de la ribera
El color púrpura
del horizonte


Las gaviotas
vuelan tierra adentro;
el mar en calma


Cipreses del cementerio,
uno de ellos
se ha secado


Sol de mediodía;
en el lindero del huerto
una Mobilette


Fuera…
el sonido de la cascada
Noche de estío


En el jardín 
babosas y lombrices, 
también la lluvia... 


Luna creciente
El olor de la noche
al salir de casa


Inundación,
en mitad del desastre
bebe una vaca


Perro chico,
ladra y corre
tras un ciclista


Por un instante... 
el parecido del padre 
en un extraño


Arrozales
Bandada de gaviotas
tras un tractor


Rompeolas
Del color de la tierra
el agua del mar


También otoño 
tiene ramas en flor... 
La voz de un niño


Sol de la tarde,
resplandor de palomas
en pleno vuelo


Espantapájaros 
tumbado en un lindero... 
al solecito 


Viento frío...
La luna otra vez
al descubierto


Casa de campo 
Un camino que lleva 
hasta la fuente


Las estrellas 
y sus nombres... 
El canto de los grillos


Entre los huertos,
el relumbrar del agua
en las acequias


Arrebol matutino 
La tranquilizadora 
quietud del mar... 


Noche de luna 
velada por las nubes... 
Tomar las uvas




Haijin  José Luis Vicent - Barlo